Él mismo ha pedio en su cuenta de Facebook que no lo comparen con un ‘youtuber’, porque ese término no lo representa y afirma que él simplemente es un periodista “freelance de derecha”.
Aunque, desde luego, eso hace parte de su propuesta creativa porque en la realidad es un personaje satírico que cuestiona a los manifestantes en las calles sobre las razones de la movilización social.
Marín rompe el hielo sin necesidad de ir más allá de una carcajada altanera, pero bien intencionada, que casi siempre cumple con el propósito de escuchar la voz a la gente.
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“El personaje nace, primero, de la crítica que quiero hacer a la forma en que tradicionalmente nos movilizamos, creo que gritamos más pero conversamos menos, y segundo porque quiero que se escuche la opinión de la gente del común que, por lo regular, tiene un pensar muy brillante”, comentó en una entrevista que publicó Noticias Caracol.
Desde hace un año, Marín empezó a subir a YouTube y a compartir en Facebook videos en los que un desubicado periodista trata de encontrar historias en marchas estudiantiles creyendo que son manifestaciones de la derecha colombiana, cuando no es así.
Sus incursiones en las caóticas manifestaciones, como la del pasado miércoles 11 de octubre en la Universidad de Antioquia, lo han impulsado hasta llamar la atención de algunos medios nacionales que lo ven como un “youtuber arriesgado”, “un divertido reportero” o un tipo que invocó al “Dios Trueno” mientras explotaban papas bomba a su alrededor en uno de sus cubrimientos especiales.
Pero su filosofía claramente va más allá de todo eso. Solo con decir que es un periodista ‘freelance’ está cuestionando esa modalidad de empleo en donde no hay contrato de trabajo, el pago es una lotería y el trabajador está en busca de apoyo constante, porque está a expensas de todo.
Esperó a Humberto de la Calle para una entrevista informal y tuvo éxito en robarle un beso en la mejilla al hombre responsable de los diálogos de paz en La Habana, Cuba.
En Facebook, donde es seguido por más de 16.000 personas, debate que en las asambleas estudiantiles de la Universidad de Antioquia se discutan temas de ‘violencia’ por protestar en las instalaciones, pero no se proteste por el asesinato de campesinos.
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