El embajador ante la OEA aseguró que el gravísimo fenómeno de desplazamiento de venezolanos por toda la región “hace parte de una agenda global para irradiar en la región el socialismo del siglo XXI“.

Según él, “la migración y las alianzas transcontinentales son parte de la estrategia (…) de la dictadura de Nicolás Maduro (…) para concretar este próposito, que vienen desarrollando calculadamente“.

“Esto constituye el más grave riesgo para la seguridad hemisférica”

“No nos equivoquemos”, prosiguió. “Estamos ante un plan fríamente calculado para desestabilizar la región, ejerciendo control y dominio territorial“, añadió Ordóñez.

El encargado de advertir las afirmaciones del que fuera destituido como procurador de la Nación fue el director ejecutivo de Human Rights Watch para las américas, José Miguel Vivanco, que publicó el segmento de la intervención en su cuenta de Twitter y calificó lo dicho como “de no creer”:

Las reacciones no se hicieron esperar, y el Gobierno tuvo que salir a hacer precisiones al respecto, aunque no rechazó lo dicho:

Venezolanos en la frontera

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En redes sociales, una clara mayoría condenó las afirmaciones del encargado de representar al país en la organización:

Aunque en su mayoría se rechazaron sus palabras, considerando que sugiere que las miles de personas que han salido de Venezuela ante la crisis serían en realidad aliadas del régimen chavista para extender su ideología, algunos como el usuario @danielrayez vieron el otro lado del asunto, señalando que en realidad “estimular la migración masiva es una forma de desestabilizar regiones, una forma de guerra no convencional”.

Eso sí, las respuestas también abrieron el debate:

Iván Duque y Alejandro Ordóñez

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Viendo las dos posiciones, juzgue usted: ¿cuál fue el sentido de las afirmaciones de Ordóñez?