Sus planteamientos resultan cardinales comoquiera que ese es el centro de educación superior privado más importante del país, con habitual presencia en los listados internacionales especializados en calificar a las universidades, al cual muchas otras instituciones toman como ejemplo.

“¿Qué va a hacer para inspirar nuevamente a los jóvenes para que lleguen a la academia, y encuentren allí el espacio para formarse?”, le preguntaron a Gaviria en Caracol Radio.

Y él empezó por admitir la situación: “Las universidades, por el mismo cambio de la tecnología, por la transformación de los mercados de trabajo, por las demandas del mercado laboral que son cada vez más difíciles, han perdido algo de espacio”.

“En Colombia hay una preocupación en todas las universidades públicas y privadas por la disminución de la matrícula. Esa preocupación, además, es una preocupación global, dado que las tecnologías han venido cambiando estas actividades”, agregó Gaviria, sumándose a lo que ya había dicho al respecto Rafael Santos, rector de la Universidad Central.

Aula de clase

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Para ilustrar lo que está sucediendo, Gaviria recordó que dio la clase de la materia teoría de juegos (microeconomía) durante muchos años, como lo hacen casi todos los profesores: había dictado una clase cuando estudió su doctorado y había ayudado a su profesor a escribir un libro. Tenía sus notas y las adaptó a la realidad nacional y con base en eso dio la cátedra.

“Hoy en día yo entro a YouTube y esa clase está disponible para todo el mundo, dictada por mi profesor y por los profesores de él. O sea: uno encuentra todo el conocimiento gratis, centralizado, disponible para todo el mundo”, explicó a la emisora el nuevo rector de Los Andes.

En ese punto, mandó su primer mensaje a los profesores de esa universidad. “Eso obliga a las universidades a transformarse. Es decir, nosotros tenemos que cumplir otro papel. Ahora que todo el acceso al conocimiento es libre y está allí, el papel tiene que ser que las clases sean una conversación, que las clases no sean simplemente una forma de transmitir de manera pasiva conocimientos, sino otra cosa”.

“Ese es un proceso que toma tiempo, que no depende del rector, que depende en últimas de los profesores. Que no tiene una solución única”, reflexionó en la frecuencia radial. “La Universidad de Los Andes, afortunadamente, ha sido innovadora, ha estado a la vanguardia de estos cambios, ha incorporado muchas de esas cosas. Pero tenemos que seguir cambiando”.

“No puedo decir en una frase o en 30 segundos lo que voy a hacer”, siguió Gaviria, y remató con tono sereno, pero realista: “Es simplemente sentarme y en esta semana escuchar a la universidad, conversar con los profesores, con los estudiantes, con las directivas, ver los planes que se tienen… Y, entre otros, diseñar una visión de mediano plazo para afrontar este problema que probablemente va a transformar la universidad, esta y todas. Para siempre”.