“Él mismo dijo, después de ese episodio de ayer, que sí, que va a pedir ayuda psicológica porque no puede ocurrir otra situación como esas, y que pide perdón por lo que ocurrió”, aseguró Calderón en la emisión del noticiero de este jueves.
En el medio también señalaron que luego del altercado de Hernández con el concejal del ASI, Jhon Jairo Claro, y su grado de exaltación tan alto, tuvo que ser remitido a una clínica para hacerse un chequeo médico de rutina y evitar problemas de salud.
Los doctores le dieron dos días de incapacidad para asegurar la tranquilidad y el reposo del mandatario, pues incluso se debió descartar un infarto:
“Se le hizo el chequeo y después de eso se le dio la salida para que se fuera a su casa a descansar. El episodio fue de estrés y tiene que ver con el temperamento primario del Alcalde, los médicos le dijeron que aunque no tenía nada, era mejor que se fuera a descansar por 48 horas”, le dijo el director de la clínica a LA FM.
En la emisora señalaron también que el concejal denunciará al alcalde por lesiones personales y agresión a servidos público.
El mandatario local ofreció disculpas y lamentó sus actos en medio de la ira. Entre tanto, desde el Concejo de Bucaramanga exigen a las autoridades investigar a Hernández por agredir a otro funcionario.
Este episodio podría llevar al alcalde a la una suspensión o a la destitución de su cargo porque es una hecho de “suma gravedad”, según le explicó el expersonero de la ciudad Gerardo Martínez al diario regional Vanguardia Liberal:
“La Procuraduría tiene la facultad de graduar la gravedad de los hechos, y en este caso es una falta gravísima ya que el alcalde agrede físicamente a un servidor público que, además, es quien le ejerce control político; por lo que el Alcalde muy seguramente se expone a una destitución e inhabilidad de 10 años”.
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