A Viva y Avianca las volvieron a dejar con los crespos hechos. Las aerolíneas esperaban una decisión de las autoridades ayer sobre su integración, pero fue todo lo contrario; el Gobierno hizo anuncios relacionados con los pasajeros afectados por el cese de operaciones de Viva y hasta abrió la puerta a intervenir el mercado aéreo, y sobre el proceso de ambas solo explicó que sigue en estudio.

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Tras una reunión encabezada por el presidente Gustavo Petro y las autoridades del sector, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, explicó: “Estamos analizando la adopción de medidas, todas las que sean necesarias, para que los actores del mercado de la aviación se comprometan a seguir operando (…) que podrían llegar, incluso, a la intervención del mercado”.

Según lo establecido en la Ley 1340 de 2009, en su artículo 32, “el Estado podrá intervenir cuando se presenten situaciones externas o ajenas a los productores nacionales, que afecten o distorsionen las condiciones de competencia en los mercados de productos nacionales”. Esto lo haría bajo el ministerio competente, que podría tomar medidas para regular las condiciones de la industria, en este caso aérea.

Así, lo que era una versión extraoficial sobre el caso Viva ahora está en la baraja del Gobierno dado el caos desatado, pues son 466.600 tiquetes los que ya estaban vendidos, según la Superintendencia de Transporte; solo para volar en marzo se adquirieron 230.000 y a pesar de soluciones temporales brindadas por otras aerolíneas la mayor parte de los viajeros sigue sin saber qué hacer.

Las dudas incrementaron después de las declaraciones del presidente interino de Viva, Francisco Lalinde, en el sentido de que la aerolínea en este momento no está en capacidad de devolverles el dinero a quienes compraron tiquetes.

“La Aerocivil negó la integración (con Avianca) en noviembre; en enero anularon el proceso; y ahora están en la aceptación de terceros interesados. Hace cuatro meses la situación de flujo de caja de la compañía era muy distinta”, indicó a Blu Radio.

Justamente, en la noche de ayer el director de la Aerocivil, Sergio París, aseguró que el proceso de evaluación sobre la integración entre Viva y Avianca continuará, pero dejó claro que el gran inconveniente es el acceso al Aeropuerto El Dorado, de Bogotá, en horas premium.

Es decir, si ambas aerolíneas se comprometen a ceder un gran número de slots en las franjas de 5 a 7 de la mañana y 6 a 9 de la noche, habría buenas posibilidades de aprobar el proceso, pues actualmente tienen cerca del 70% en dichos horarios.

También tendrán que estar dispuestas a ceder en las rutas donde ejercen posición dominante, para garantizar que haya competencia. Según París, las autoridades siguen con el radar puesto en la operación mediante la cual los accionistas controlantes de Avianca adquirieron –sin informar– los derechos económicos de Viva el año pasado.

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O es Avianca, o se liquida

Mientras esto sucede, Viva insiste: quiere que la rescate Avianca y nadie más. Por lo menos así lo dejó ver el presidente interino, quien le indicó al periodista Yamid Amat que si las autoridades colombianas no autorizan la integración, Viva será liquidada.

Inclusive la aerolínea de bajo costo le informó a sus colaboradores que tendrá que prescindir de los servicios de 400 de ellos, que significan la tercera parte de la fuerza laboral. A ojos de Lalinde, este es el ejemplo de que el apagón de operaciones no es un chantaje para que se apruebe el acuerdo con Avianca.

Incluso se atrevió a hablar de cómo sería el futuro de Viva si se llegase a autorizar la integración; la aerolínea, describió, volvería con una flota de solo 10 aviones, pues otro proveedor le pidió en días pasados devolver cinco aeronaves –el cual se sumó al dueño de otras cinco que le solicitó a Viva parquearlas en Estados Unidos–. Según él, más adelante se analizaría la posibilidad de reenganchar a los empleados que salgan.

Dicho esto, no paran los duros cuestionamientos sobre la decisión adoptada por la compañía esta semana. Los más frecuentes tienen que ver con el porqué no se acogió a un proceso de insolvencia hace tiempo, previendo que esto podría llegar a pasar, y la normalidad con la que siguió vendiendo tiquetes incluso horas antes de anunciar su cese. De hecho, según la Supertransporte, Viva alcanzó a comercializar 5.750 pasajes el día que congeló sus operaciones.

En todo caso, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ya había advertido inconsistencias dentro de una resolución que derivó en pliego de cargos a Viva y Avianca, en la cual comentó que en agosto de 2022 la aerolínea de bajo costo “seguía contando con estrategias y planes de negocio que le permitían seguir siendo una compañía viable económicamente”, pero optó por presentarse como empresa en crisis para que se facilitara la autorización a la integración con Avianca.

En esa línea, varias entidades buscan meterle el diente al asunto y más con lo que está pasando. “Sobre eso ya la señora vicefiscal general de la Nación está al frente del asunto y seguramente investigará”, indicó el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa.

A su turno, la Procuraduría General de la Nación dijo estar dispuesta a presentar observaciones a las que haya lugar respecto al proceso de integración entre Avianca y Viva, con el fin de “evitar afectaciones a derechos y advertirá de los riesgos que observe en las gestiones administrativas en pro de la defensa de los consumidores de los servicios aéreos a nivel nacional y las terceras personas que puedan salir afectadas con la actual situación”. De hecho, la entidad convocó ayer una reunión de emergencia con las autoridades del sector transporte

Entre tanto, la Supertransporte abrió investigación y formuló pliego de cargos en contra de Viva por, presuntamente, no garantizar la prestación del servicio de transporte.

“La medida se toma luego de que la aerolínea suspendiera súbitamente sus operaciones el 27 de febrero de 2023 a partir de las 11:00 pm, impidiendo que los usuarios que ya contaban con una reserva emitida y confirmada pudieran transportarse a sus destinos”, indicó.

La Supertransporte añadió que Viva no acompañó dicha suspensión con el suministro de información completa, veraz, oportuna y precisa a cada uno de los usuarios, y añadió que le impuso una medida administrativa para que desarrolle un Plan de Atención a Usuarios frente a la situación presentada (ver Paréntesis).

Siguen los reacomodos

Mientras continúa la delicada situación, las aerolíneas que ofrecieron reacomodar a los pasajeros afectados entregaron sus primeros balances. Hasta la tarde de ayer, Latam informó que había reubicado un total de 2.167 viajeros, 1.720 en rutas nacionales y 447 en vuelos internacionales.

La medida de reacomodación gratuita, agregó, se extendió para pasajeros con fecha de vuelo original en Viva hasta el 5 de marzo y se realiza en todos los aeropuertos del país afectados por la suspensión de operaciones de la low cost.

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Según Latam, para este viernes iniciarán operación dos aviones Airbus 320 con capacidad para 176 pasajeros. “El tercero iniciará operación el próximo 11 de marzo para alcanzar un total de 30.000 sillas adicionales a la semana y así ayudar a garantizar la conectividad en el país y atender las afectaciones a pasajeros”.

A su turno, Avianca manifestó que durante el primer día protegió con reubicación en sus vuelos “a cerca de 3.000 pasajeros de Viva. Del total, más de 2.200 ya volaron a sus destinos, principalmente en las rutas que conectan con Bogotá, Medellín, Leticia, San Andrés, Lima y Buenos Aires”.

La aerolínea recordó que para hacer efectiva la protección, los pasajeros que cuenten con tiquetes confirmados o reservas emitidas para volar entre el 27 de febrero y 3 de marzo deben dirigirse directamente a los aeropuertos. Dicha reubicación se hará sin costo y por orden de llegada, en los vuelos que cuenten con disponibilidad.

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También vale destacar que Satena, Wingo, Ultra Air o Viva Aerobus se sumaron a brindar soluciones a los pasajeros, lo cual es una iniciativa voluntaria. Así mismo, un vuelo humanitario de la Fuerza Aérea aterrizó anoche en San Andrés para apoyar a más de 100 personas varadas.

Por ahora los miles de viajeros afectados en Colombia y el resto de países donde opera Viva siguen esperando respuestas sobre qué pasará con su dinero o, en dado caso, si podrán ser reacomodados.

Igualmente aguardan los trabajadores de Viva, que en un 50% son antioqueños. Tras ofrecer un retiro voluntario a varios de ellos, la compañía recibió la aceptación de cerca de 200, quienes serán los primeros en marcharse.