En medio de los enfrentamientos que se vienen produciendo desde hace cinco días en el sector de La Victoria (estado Apure), fronterizo con Colombia, se conoció de la masacre de una familia de campesinos, cuyos familiares y vecinos atribuyen a unidades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana.

Esos cuerpos armados, lo mismo que la aviación venezolana, se enfrentan con las disidencias de las extintas Farc denominadas ‘Frente 10’ y ‘Frente 28’, entre otras, que son distintas a las que encabezan alias ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’, que permanecen en ese país, según diversas fuentes, bajo el amparo del régimen de Nicolás Maduro.

Además de la muerte de dos oficiales venezolanos, el desplazamiento de unas 4.000 personas hacia Arauca y Arauquita en Colombia, y la supuesta captura de más de 30 delincuentes de esas disidencias, ahora se conoce la muerte de esta familia venezolana, integrada por una pareja y dos jóvenes.

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Los organismos de seguridad de Venezuela dijeron en una minuta que se trataba de “terroristas” abatidos en el procedimiento conocido como Escudo Bolivariano Laceros de Apure. Sin embargo, el periodista Junior Parra ofreció otras informaciones en Twitter que apuntan a que se trató de un falso positivo.

“Denuncian que una familia fue asesinada por la fuerza armada venezolana en El Ripial parroquia Urdaneta en Apure y crearon un falso positivo”, escribió Parra en la red social, y detalló la forma en que fueron encontrados los cuerpos. “Armas y granadas fueron colocadas estratégicamente para las fotos y justificar sus muertes. Los uniformes lucen limpios y planchados, las botas lucen nuevas. La cabuya para amarrar el pantalón hace pensar que no eran del cuerpo”.

De acuerdo con las informaciones que recogió Parra, los asesinados no pertenecían a ningún grupo irregular, y fueron identificados como el ama de casa Luz Dey Remolina, el trabajador del campo Emilio Ramírez y los jóvenes Ehiner Yafran Anzola Villamizar y Jeferson Uriel Ramírez.

“Me dicen que militares venezolanos llegaban a las casas, revisaban y sacaban a las familias, se las llevaban y las regresaban. Sin embargo, a esta familia no, se la llevaron del barrio 5 de julio, en pleno pueblo de La Victoria (donde vivían), y aparecieron muertos en El Ripial”, aseguró Parra.

En un audio difundido también por el periodista, una mujer que se identificó como Fabiola Álvarez, y que dijo ser familiar de las víctimas de El Ripial, dijo que los dos adultos eran sus suegros y que los jóvenes eran sus cuñados.

Claramente lo que ellos [los militares venezolanos] hicieron es una masacre, un falso positivo porque jamás ni nunca mis suegros fueron guerrilleros. Eran personas honradas. Mi suegro era hasta trabajador del campo, mi cuñado era un niño, que aún con 20 años él no salía a las calles de su barrio, mi suegra era una señora de casa que jamás nadie veía en la calle mientras no estuviese su marido, una señora que siempre estaba atendiendo su hogar”, dijo.

Marino Alvarado, coordinador de Investigación de la organización no gubernamental Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos, comparó en el diario El Nacional la masacre de El Ripial con la de El Amparo, ocurrida en 1988, cuando policías y militares acabaron con la vida de 14 pescadores y los presentaron como guerrilleros.

Este hecho provocó más desplazamientos de personas en la zona, que están buscando refugio en Colombia.

A continuación, algunos de los trinos de Parra. Pulzo recomienda discreción debido a la crudeza de algunas de las imágenes que contienen.