Solo hasta que conoció de su muerte, los habitantes del edificio Grand Tower supieron que la ibaguereña ofrecía servicios sexuales en ese apartamento, pero han pedido que no se le juzgue por eso, pues la recuerdan como una persona “muy humana, amable, cariñosa y educada”, le dijeron a Infobae México.
Estas personas, según el medio, piden que no le criminalice por trabajar como ‘escort’ y dijeron estar tristes por ella porque “la han denigrado mucho”. Uno de sus vecinos recalcó:
“La han tratado muy mal. Ella era un ser humano, y por dedicarse a lo que se dedicaba no era el diablo. Los que la conocimos sabemos que era muy linda persona”.
El portal destaca la buena imagen que tenían de ella porque la veían como una señora elegante y con clase, que además se desplazaba en un vehículo Mercedes Benz.
Los residentes del lujoso condominio también quisieron señalar que no solo era una “mujer preciosa”, sino que andaba siempre “impecable”, pues “tenía estilistas que la peinaban y la maquillaban”.
Todas esas características llevaron a pensar a sus vecinos que era de una familia adinerada en Colombia o que era doctora, pese a que, en realidad, llegó a México a trabajar como modelo e impulsadora pero empezó a promocionar sus servicios sexuales en páginas y redes sociales porque no le alcanzaba el dinero para enviarle a su familia en Medellín y también tenía problemas para cumplir con el arriendo del exclusivo sector donde vivía, reportó Contra Réplica.
Entre tanto, Infobae también asegura que según las versiones de sus vecinos, “su plan era llevar a México a su madre y a su hija, si su ex marido se lo permitía”.
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