El texto aprobado por el papa Francisco causó revuelo porque señala que no es esencial que una mujer deba haber “mantenido su cuerpo en perfecta continencia” para casarse con Cristo. Sin embargo, hasta ahora, ese grupo de mujeres eran conocidas por tomar el voto de perpetua virginidad como un propósito y una forma de consagración.

El nuevo documento además expresa que podrán consagrarse solo a partir de los 25 años y superar dos años de preparación.

Estas mujeres tienen un tipo de vocación poco conocida en el mundo. “Las vírgenes consagradas son la imagen de la Iglesia como esposa de Cristo”, según establece el decreto de la Sagrada Congregación para el Culto, reseña el Vaticano.

“El derecho canónico establece que es una forma semejante a la vida consagrada, pero sin igualarla. La razón es muy sencilla. Mientras que la vida consagrada [como monja] comporta la profesión de los tres consejos evangélicos que son los votos de pobreza, castidad y obediencia; las mujeres que se consagran a Dios de acuerdo a este tipo de vida lo hacen sólo a través de su virginidad”, explica el portal Catholic.

Rito de Consagración de Vírgenes
Rito de Consagración de Vírgenes / Captura video News Channel 15
Rito de Consagración de Vírgenes
Rito de Consagración de Vírgenes en Chile / Arzobispado de Chile

Sin embargo, el punto 88 del nuevo documento publicado por el Vaticano señala:

“La llamada a dar testimonio del amor virginal, esponsal y fecundo de la Iglesia a Cristo, no se reduce al signo de la integridad física, y que haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración”.

La decisión es coherente con una Iglesia que se ha ido modernizando y ha hablado sobre ser más incluyente; tanto, que ahora permite a mujeres que han tenido sexo enfocar su vida en Dios. La nueva instrucción del Vaticano se basó en declaraciones de obispos que señalaron la creciente demanda de mujeres que buscaban la vocación cristiana, como aquellas que quedaron viudas.

Por esa razón, las cerca de 5.000 vírgenes consagradas que existen en al menos 42 países del mundo se declararon “profundamente decepcionadas” y señalaron que era “impactante escuchar a la Madre Iglesia decir que la virginidad física ya no se considera un requisito previo esencial para la consagración a una vida de virginidad”, según un comunicado de La Asociación de vírgenes consagradas de los Estados Unidos, citado por The Guardian.

¿Cómo se convierten en esposas de Cristo?

Estas mujeres celebran una ceremonia de matrimonio con Dios en el que son llamadas principalmente a seguirlo, abrazando su estilo de vida casto, pobre y obediente; y que posiblemente no sufrirá cambios con el nuevo documento del Vaticano.

El rito de consagración de las vírgenes no es puntualmente un matrimonio, pero sí utiliza algunos símbolos de dicho sacramento: vestido blanco, velo y anillo.

Este es un informe sobre el rito:

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¿A qué se dedican las vírgenes consagradas?

El medio especializado Catholic agregó que “estas mujeres se dedican a la oración, la penitencia, el servicio a los hermanos y el trabajo apostólico según el estado y los carismas respectivos ofrecidos a cada una de ellas”.

Algunas permanecen en su particular forma de vida viviendo solas o en comunidad y otras se dedican a la enseñanza, al servicio en hospitales, zonas de misión, etc.; siempre bajo la paternal dirección de su obispo diocesano al cual le deben obediencia. Es precisamente al obispo a quien le corresponde discernir la mejor forma de servicio que puede desempeñar una Virgen Consagrada”, agrega el portal Churchpop.

El Vaticano también anunió que en 2020 organizará la celebración de una reunión mundial de vírgenes consagradas en Roma para recordar el 50 aniversario del nuevo ‘Ordo Consecrationis Virginum’, establecido bajo el mandato del beato Papa Pablo VI.

Karen Ervin, Theresa Jordan y Laurie Malashanko hacen una pausa en la oración ante el altar en la Catedral del Santísimo Sacramento en Detroit, Estados Unidos
Karen Ervin, Theresa Jordan y Laurie Malashanko hacen una pausa en la oración ante el altar en la Catedral del Santísimo Sacramento en Detroit, Estados Unidos. / Píldoras de fe
Grupo de vírgenes consagradas
Grupo de vírgenes consagradas. / Clarín