Con una votación de 49 a favor y 51 en contra, la mayoría conservadora se impuso a los demócratas, que presionaban en busca de nuevas pruebas y testimonios, entre ellos las del exasesor de Seguridad Nacional John Bolton.

Como si de una trama de suspenso se tratase, la atención se centró en cuatro republicanos moderados: Susan Collins, Mitt Romney, Lamar Alexander y Lisa Murkowski.

Collins y Romney habían anunciado que romperían con la mayoría republicana y que votarían a favor de nuevos testigos; mientras que Lamar Alexander, primero, y Murkowski, después, anunciaron su rechazo a prolongar el juicio con testimonios adicionales a los escuchados en la etapa de instrucción del caso en la Cámara Baja.

Donald Trump y John Bolton

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Alexander, en un comunicado, sostuvo que “no hay necesidad de más evidencia para concluir que el presidente retuvo la ayuda (financiera) de Estados Unidos, al menos en parte, para presionar a Ucrania a investigar a los Biden”, que es el motivo del cargo de abuso de poder contra el mandatario.

Si bien Alexander reconoció que la de Trump fue una conducta “inapropiada”, precisó que no la consideraba constitutiva de destitución.

De este modo, la votación para citar a nuevos testigos ya se preveía que concluiría como efectivamente terminó: con 51 votos en contra y 49 a favor, en un triunfo claro para Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en el Senado y arquitecto del juicio rápido al mandatario.