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El presidente Donald Trump concedió cerca de 80 indultos a partidarios que intentaron revertir la derrota electoral republicana en las elecciones de 2020, según publicó la oficina de indultos de la Casa Blanca este lunes 10 de noviembre. Entre los beneficiados por el líder de la Casa Blanca se encuentran su ex abogado personal Rudy Giuliani, su ex jefe de gabinete Mark Meadows, abogados, funcionarios y falsos electores acusados de trabajar en la anulación de la victoria Joe Biden.
El indulto “total, completo e incondicional” es una medida simbólica, ya que aplica únicamente a los delitos federales, mientras que los numerosos aliados de Trump nombrados en el escrito son acusados por fiscales estatales, por lo que serían los gobernadores quienes podrían emitir un indulto efectivo en la praxis. El poder de indulto presidencial está explícitamente limitado por la Constitución a delitos “contra los Estados Unidos“, es decir, los conocidos como delitos federales.
La proclamación firmada por el presidente asegura poner fin a “una grave injusticia nacional” y dar continuidad al “proceso de reconciliación nacional”, según el documento publicado en X por Ed Martin, el abogado encargado de la oficina que tramita los indultos bajo la administración Trump, en especial las del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
El Departamento de Justicia había estado investigando un plan de Trump y sus partidarios para presentar listas alternativas de electores estatales para revertir la victoria del entonces presidente Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió este lunes los últimos indultos al afirmar que impugnar una elección “es la piedra angular de la democracia”.
Leavitt profundizó aún más en una entrevista con la BBC en la que sostuvo que “ser procesado por impugnar resultados es algo que sucede en la Venezuela comunista, no en los Estados Unidos de América”. En consecuencia, asegura la portavoz, “Trump está poniendo fin a las tácticas comunistas del régimen de Biden”.
Sin embargo, los indultados no fueron procesados por la administración Biden, sino acusados por fiscales estatales que operan con independencia al Departamento de Justicia.
La nueva tanda de indultos está enmarcada en una política sistemática de Trump para borrar el sabotaje electoral de 2020. En el primer día de su regreso a la Casa Blanca, el republicano perdonó a más de 1.500 seguidores acusados de participar en el asalto del Capitolio de EE. UU. en 2021, en el que murieron cinco personas y que cuestionó la salud democrática del país.
Los ingenieros del “fraude electoral”
La proclamación de indultos de este lunes nombra a 77 personas, pero podrían incluir a otras no nombradas, según el documento. Varios de los otros indultos recientes de Trump no fueron anunciados oficialmente por la Casa Blanca.
El indultado de mayor visibilidad es tal vez Rudy Rudy Giuliani, ex alcalde de la ciudad de Nueva York y gran aliado de Trump. Fue uno de los difusores más elocuentes de las afirmaciones infundadas de Trump sobre un fraude electoral a gran escala después de las elecciones de 2020.
Desde entonces, ha sido inhabilitado para ejercer la abogacía en Washington D.C. y Nueva York. Se declaró en quiebra, tras perder una demanda por difamación de 148 millones de dólares presentada por dos ex trabajadoras electorales de Georgia, cuyas vidas se vieron trastornadas por las teorías de conspiración que él impulsó. El juicio contra Giuliani estaba programado para enero de 2026.
Mark Meadows ha sido acusado por nueve cargos por delitos graves en Arizona, incluyendo conspiración, falsificación de documentos y esquemas fraudulentos. Fue señalado de orquestar y participar en una “operación electoral ilegal” coordinada en estados clave.
Entre los indultados también están Sidney Powell, una abogada que promovió teorías de conspiración infundadas sobre una elección amañada; John Eastman, otro letrado que impulsó un plan para mantener a Trump en el poder; y Jeffrey Clark, un exfuncionario del Departamento de Justicia que defendió los esfuerzos del republicano para impugnar su derrota electoral. Clark publicó en redes sociales este lunes que “no hizo nada malo” y que “no debería haber tenido que luchar contra esta cacería de brujas durante más de 4 años”.
Boris Epshteyn, asesor de la campaña 2020, y Kenneth Chesebro, creador de los memorandos que respaldaban el plan para anular elecciones, también figuran en la lista de la proclamación.
La medida también cobija a republicanos que actuaron como electores falsos para Trump y fueron acusados en casos estatales de presentar certificados nulos para engrosar el número de votantes de Trump en aquellos Estados donde Biden se había impuesto.
Varios estados de EE. UU., entre ellos Arizona, Georgia, Wisconsin y Nevada, también investigaron el presunto fraude electoral, y algunos presentaron cargos contra varias personas, aunque los cargos penales en Michigan fueron desestimados en septiembre.
“Indultado” por elecciones
El texto revelado este lunes aclara que el indulto no beneficia directamente a Donald Trump, quien fue acusado formalmente por una presunta conspiración para buscar electores falso. El caso fue desestimado tras las elecciones del año pasado en el que el republicano se impuso a Kamala Harris, luego de que los fiscales citaran la política del Departamento de Justicia que prohíbe procesar a un presidente en funciones.
La jueza Tanya Chutkan desestimó el caso “sin perjuicio”, lo que significa que técnicamente podría ser reabierto después de que Trump salga de la Casa Blanca, aunque es bastante improbable que eso suceda debido a que el tiempo máximo que establece la ley para iniciar el procedimiento judicial habrá expirado.
Esta política de inmunidad presidencial se remonta a la era de Watergate. Cuando Trump ganó las elecciones presidenciales en 2024, el fiscal especial Jack Smith reconoció que esta prohibición es “categórica” y no depende de la gravedad de los cargos, la solidez de las pruebas o los méritos del caso.
Con AP y Reuters
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