France 24 la componen cuatro cadenas mundiales de información continua (en francés, árabe, inglés y español), que emiten las 24/7 en 355 millones de hogares en los 5 continentes. France 24 cuenta con 61,2 millones de telespectadores semanales (medición realizada en 67 países de los 183 en los que se emite al menos una de las cadenas) y es el primer ca...
El presidente de Estados Unidos llegó este domingo a Kuala Lumpur, Malasia, para participar en la cumbre de la ASEAN. Tal como había anunciado en su red Truth Social, asistió a la firma de un acuerdo de alto el fuego entre Tailandia y Camboya. Ambos países, que se enfrentaron durante cinco días en julio, ya habían pactado un primer alto el fuego tras una mediación de Trump. Sin embargo, según los expertos, el nuevo acuerdo no aborda las causas de fondo del conflicto.
El presidente estadounidense Donald Trump no dejó pasar la oportunidad de presentarse, una vez más, como “hacedor de paz”. Apenas aterrizó en Kuala Lumpur, Malasia, para asistir a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), apadrinó la firma de un acuerdo de alto el fuego entre el primer ministro camboyano, Hun Manet, y su homólogo tailandés, Anutin Charnvirakul.
Según los comunicados oficiales, el pacto busca consolidar la tregua alcanzada hace tres meses tras negociaciones entre los dos países vecinos.
Hay un elemento clave que conviene tener en cuenta: Malasia, que ejerce la presidencia rotativa de la ASEAN y supervisó también las negociaciones de este acuerdo, lo presenta como un cese de hostilidades, no como un tratado de paz.
El ministro de Asuntos Exteriores malasio, Mohamad Hasan, explicó el sábado que el documento prevé el despliegue de observadores regionales en las zonas fronterizas en disputa.
“Queremos evitar nuevas violaciones del alto el fuego”, señaló. Añadió que ambos gobiernos deberán retirar el armamento pesado y, posteriormente, desminar la zona fronteriza. Una misión especial de la ASEAN, dirigida por Malasia, supervisará la aplicación de estas medidas.
El texto también compromete a Tailandia y Camboya a no difundir ni promover información falsa, con el fin de favorecer un clima de diálogo. Además, Bangkok se comprometió a liberar de inmediato a 18 soldados camboyanos capturados.
Los enfrentamientos fronterizos de julio pasado (cinco días de combates terrestres, aéreos y de artillería) dejaron al menos 43 personas muertas y 300.000 desplazadas, según el recuento de medios de comunicación basado en datos de las entidades oficiales de cada país.
Presiones económicas detrás de la “paz”
La tregua inicial, firmada el 28 de julio, ya había contado con la mediación de Trump, del Gobierno malasio y de negociadores chinos.
En ese momento el inquilino de la Casa Blanca se atribuyó todo el mérito, proclamándose en redes sociales como el “presidente de la paz” e incluso amenazó con retrasar acuerdos arancelarios con ambas partes si no aceptaban un alto el fuego.
Tailandia y Camboya, interesadas en cerrar acuerdos comerciales con Washington en plena guerra de tarifas, habrían cedido ante esa presión económica.
Este domingo, Trump calificó la firma del nuevo alto el fuego de “histórica”, y Estados Unidos anunció enseguida nuevos pactos comerciales con ambos países.
El memorando con Bangkok incluye medidas para reforzar la cooperación en el comercio de tierras raras, mientras que el acuerdo con Phnom Penh confirma la reducción al 19 % de los aranceles. Una ventaja ya concedida durante el verano, frente al 36 % inicialmente previsto.
Hun Manet, primer ministro de Camboya, celebró el domingo el papel de Trump y dijo su intención de apoyar su candidatura al Premio Nobel de la Paz, que, según él, el presidente estadounidense merece por haber contribuido a poner fin a los enfrentamientos fronterizos. El galardón de este año ya fue otorgado el 10 de octubre a María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
Un acuerdo más simbólico que real
Aunque el documento firmado contempla mantener el diálogo bilateral, no aborda las causas profundas del conflicto.
La disputa territorial entre ambos países gira en torno a varios templos fronterizos reclamados por los dos, a raíz de una delimitación ambigua trazada por los administradores coloniales franceses en 1907.
En 1962, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) otorgó a Camboya la soberanía del templo de Preah Vihear, y en 2013 amplió el fallo al terreno que lo rodea. Sin embargo, Tailandia nunca ha reconocido la autoridad del tribunal en materia fronteriza, y el nuevo acuerdo evita pronunciarse sobre ese punto.
Según Khoo Ying Hooi, profesora asociada de estudios internacionales en la Universidad de Malasia, se trata de un pacto “más simbólico que sustancial”. Y la actitud de Bangkok parece confirmarlo: desde la llegada al poder de un gobierno ultraconservador, ha cerrado los pasos fronterizos y restringido el comercio con Camboya.
Una cumbre con múltiples intereses
Para Malasia, la presencia de Trump en Kuala Lumpur representa una oportunidad para reforzar su papel y el de la ASEAN en el escenario regional. Trump no asistía a una cumbre del bloque desde 2017, durante su primer mandato, mientras que Joe Biden participó en la celebrada en Phnom Penh en 2022.
La parada en Malasia forma parte de una gira asiática que llevará a Trump también a Japón y Corea del Sur, donde el jueves tiene previsto reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, para discutir asuntos comerciales.
El expresidente estadounidense incluso se mostró dispuesto a reencontrarse con el líder norcoreano Kim Jong-un durante este viaje. “Si quiere hacer llegar el mensaje, estoy abierto a eso”, declaró el sábado.
Con AFP y Reuters
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO