Este es el texto de la misiva que Donald Trump le dirigió a Kim Jong-un, aunque Trump deja la puerta abierta para reunirse, tal vez, más adelante:

“Estimado Sr. Presidente:

Agradecemos mucho su tiempo, paciencia y esfuerzo con respecto a nuestras recientes negociaciones y discusiones relativas a una cumbre largamente buscada por ambas partes, que estaba programada para el 12 de junio en Singapur. Nos informaron que la reunión fue solicitada por Corea del Norte, pero eso para nosotros es totalmente irrelevante. Tenía muchas ganas de encontrarme con usted.

Tristemente, ante la tremenda ira y la abierta hostilidad mostradas en su declaración más reciente, siento que es inapropiado, en este momento, tener esta reunión tan largamente planeada. Por lo tanto, permita por favor que esta carta sirva para señalar que la cumbre de Singapur, por el bien de ambas partes, pero en detrimento del mundo, no tendrá lugar. Usted habla sobre sus capacidades nucleares, pero las nuestras son tan enormes y poderosas que le pido a Dios que jamás deban usarse.

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Sentí que se estaba construyendo un maravilloso diálogo entre usted y yo, y en última instancia, es solo ese diálogo lo que importa. Espero con ansias conocerlo algún día. Mientras tanto, quiero agradecerle por la liberación de los rehenes que ahora están en casa con sus familias. Ese fue un gesto hermoso y fue muy apreciado.

Si cambia de opinión con respecto a esta cumbre tan importante, no dude en llamarme o escribirme. El mundo, y Corea del Norte en particular, tiene una gran oportunidad para una paz duradera y una gran prosperidad y riqueza. Esta oportunidad perdida es un momento verdaderamente triste en la historia.

Sinceramente,

Donald J. Trump

Presidente de Estados Unidos de América”.