El paquete de sanciones económicas contra Rusia ha sido agresivo y contundente. Europa y EE. UU. quieren acorralar a Putin y según muchos analistas lo están logrando. Ejemplo de ello es el trastabilleo que los oligarcas rusos han tenido. Mijaíl Fridman, uno de los hombres más ricos de Rusia, está en jaque por la Unión Europea, ya que fue puesto en la lista de oligarcas sancionados por la UE.

El Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado la nueva lista de sancionados por el ente –26 personas y una entidad–, que se une a la ya comunicada el miércoles pasado por la noche: Igor Sechin, Nikolai Tokarev, Alisher Usmanov, Petr Aven, Mijaíl Fridman, Sergéi Roldugin, Dimitri Peskov, Dmitry Chernyshenko,Irek Faizullin, Vitaly Savelyev, Andrey Turchak, Tigran Keosayan, Olga Skabeyeva, Alexander Ponomarenko, Modest Kolerov, Roman Babayan, Yevgeni Prilepin, Anton Krasovsky, Arkady Mamontov, Sergey Pinchuk, Alexey Avdeev, Rustam Muradov, Andrey Sychevoy, Gennady Timchenko, Alexey Mordaschov, Petr Fradkov, y la sociedad anónima Compañía de Seguros de la Industria del Gas SOGAZ.

Fridman nació en 1964 al oeste de Ucrania. Las ironías de la vida. Y hoy se encuentra en la lista de oligarcas rusos sancionados. No podrá transitar por territorio de la UE y además sus incontables bienes serán congelados. Según Forbes, él tiene un capital de 12.000 millones de dólares y es uno de los fundadores del grupo Alfa, dueño de una de las entidades financieras rusas, Alfa Bank. El Ucraniano es socio, además, de otro oligarca ruso incluido en la lista, Petr Aven.

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Es dueño también de uno de los supermercados Dia más populares en España, esta cadena se abastece financieramente a través del grupo de inversión LetterOne. Para la UE incluir a Fridman está más que justificado: “Ha cultivado fuertes lazos con la administración de Vladímir Putin y ha sido uno de los financieros de referencia en el círculo estrecho del mandatario”, justifica el documento.

La hija mayor de Putin ha tenido fuertes vínculos laborales y económicos con el grupo Alfa. Pero ahora mismo el empresario empieza a marcar distancia con Putin. Casi siempre trata de manejar un bajo perfil y se aleja de la política, pero este fin de semana ya no pudo hacerlo más. Envió una carta a sus empleados de LetterOne en la cual les dice lo siguiente: “Nací en el oeste de Ucrania y viví allí hasta los 17 años. Mis padres son ciudadanos ucranianos y viven en Lviv, mi ciudad favorita. Pero también he pasado gran parte de mi vida como ciudadano de Rusia, construyendo y haciendo crecer negocios. Estoy profundamente apegado a los pueblos ucranianos y rusos y veo el conflicto actual como una tragedia para ambos.” Fridman se considera un ciudadano europeo, gran parte del año vive en su apartamento londinense, va y viene de ahí a Moscú.

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Sea como fuere, él está en la lista de oligarcas sancionados y anunció que empezará una larga batalla legal para que sea excluido de dicho registro. En rueda de prensa dejó claro que: “Soy un hombre de negocios normal y corriente y el origen de mi capital ha sido auditado”.