Los asistentes a la asamblea general de las Naciones Unidas se rieron cuando Trump aseguró ante todos que su administración, que cumplirá su segundo año el próximo 20 de enero, había tenido más logros que casi todas las demás en la historia de su país.

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Trump se detuvo cuando se dio cuenta de la reacción que había provocado antes de soltar una risa con aparente sorpresa que, de paso, sirvió para que las risas del público se hicieran más sonoras. En ese momento el presidente reconoció que no esperaba esa reacción, pero continuó su discurso.

Las inesperadas risas en un recinto que suele acoger reuniones muy importantes y serias no fueron el único momento bajo del día de Trump. Más temprano, el mandatario salió con retraso de la Torre Trump rumbo a la sede de la ONU, por lo que obligó a hacer un cambio en la programación.