El periodista Federico Rios Escobar se encontró con el grupo liderado con alias ‘Poeta’, que se hace llamar así aunque “apenas sabe leer”. El reportaje parece comprobar un temor que había en el momento de firmar el acuerdo entre la guerrilla y el Gobierno: que varios insurgentes no siguieran sus vidas como civiles sino que volverían a las armas, cosa que ya sucedió.

En parte, el motivo detrás de eso es que el Estado, que sigue sin tener presencia en varias regiones del país, se había comprometido a garantizar derechos básicos a los ciudadanos de las zonas más apartadas del territorio nacional. Y ese rearme es un verdadero reto para el acuerdo: “no puede haber paz si los guerrilleros están armados de nueva cuenta”, dice el ‘Times’.

El colectivo Insight Crime, que estudia grupos de delincuencia organizada, estima que en la actualidad hay cerca de 2.800 disidentes de la guerrilla, lo que equivale al 40 % del grupo que estaba en armas antes del acuerdo de paz.

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Pero la poca presencia del Estado no es el único motivo que incentivó su rearme. “Vi que estaban fusilando a muchos compañeros, entonces decidí otra vez meterme al monte”, dice Maicol, otro de los miembros del grupo. Después del proceso de paz, han sido asesinados 75 guerrilleros desmovilizados.

El ‘Poeta’ reveló que la guerrilla no le entregó todas las armas a las Naciones Unidas antes de la firma definitiva del acuerdo. “Quedaban unas, las viejas”. Y las usan para aliarse con grupos como el frente Virgilio Peralta Arenas, que antes combatía a la guerrilla y es acusado de asesinar civiles y de narcotráfico. También trataron de aliarse con el Clan del Golfo, cuyos miembros “respondieron con violencia”, y con excompañeros como alias ‘Guacho’, que ahora está malherido en las selvas de Nariño.

Según dijo ‘Cuatro’, un miliciano que combatió con la guerrilla por 10 años, el deseo de los disidentes es hacer reuniones y operar como antes. “Unificar todo en el país”, afirmó. Ese tipo de alianzas, dice el ‘Times’, harían que, a futuro, el grupo abandone sus ideas marxistas de los años 60 para convertirse en un simple grupo delincuencial.

Muchos de los ahora líderes temían caer a manos de los paramilitares. Por eso, gente como el ‘Poeta’ y su compañero Rogelio Guerrero, decidieron regresar a las armas. Sin embargo, dicen que ahora la rebelión es más pobre que antes, porque en la zona en la que operan ya no hay plantaciones de coca ni minas de oro ilegales, que antes servían para financiar. Alias ‘Piscino’ resumió la sensación de muchos de los disidentes:

“Sí, aguantamos hambre, sufrimos de todo. Pero estamos claros de lo que estamos haciendo”.