Trump defendió el retiro de sus 2.000 soldados en Siria por considerar que Estados Unidos ya no quiere ser el “policía de Medio Oriente” e insistió con que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) ya está derrotado.

Pero Trump quiere ir más lejos: decidió reducir el contingente estadounidense desplegado en Afganistán, dijo a la AFP una fuente que pidió anonimato. “La decisión fue tomada. Habrá una retirada significativa”, dijo la fuente.

Actualmente, Estados Unidos tiene cerca de 14.000 tropas en ese país, algunas en misión de la OTAN como apoyo a las fuerzas afganas y otras en operaciones de lucha antiterrorista.

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Mattis, un general retirado visto como una fuerza moderadora en el impulsivo presidente, le dijo a Trump en una carta: “Usted tiene el derecho de tener un secretario de Defensa cuyos puntos de vista estén mejor alineados con los suyos… creo que lo correcto para mí es renunciar a mi cargo”.

Mattis elogió a la coalición para derrotar al grupo Estado Islámico y también defendió a la OTAN, la alianza militar entre América del Norte y Europa cuya rentabilidad ha sido cuestionada por Trump.

“Mis puntos de vista sobre cómo tratar a los aliados con respeto y también a tener en cuenta tanto a los actores malignos como a los competidores estratégicos están fuertemente respaldados e informados por más de cuatro décadas de inmersión en estos temas”, escribió Mattis.

Trump, que se rodeó de exmilitares y se dijo que estaba impresionado por el académico y calmado Mattis, de 68 años, fue diplomático cuando anunció su salida. Escribió en Twitter que el secretario de Defensa había logrado “un progreso tremendo”.

Mattis prestará servicios hasta fines de febrero, lo que le dará a Trump una breve ventana para nombrar un sucesor que puede ser confirmado por el Senado.

Policía de Medio Oriente

“¿Quiere Estados Unidos ser el policía de Medio Oriente, para no obtener NADA e invirtiendo vidas valiosas y miles de millones de dólares (…)? ¿Queremos estar ahí para siempre? Es tiempo de que otros peleen finalmente”, tuiteó el mandatario al declarar la victoria sobre el grupo extremista Estado Islámico, el miércoles.

La retirada de Estados Unidos hará que Rusia, que ha desplegado su poder aéreo en apoyo del presidente sirio Bashar al Asad, sea la potencia global prominente en el conflicto.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que ha descrito la caída de la Unión Soviética como un desastre geopolítico histórico, ve a Siria, la aliada de Moscú desde hace mucho tiempo, como un activo clave para preservar la influencia en el Medio Oriente.

Rusia consideró “justa” la decisión de Trump. “Donald tiene razón, estoy de acuerdo con él”, dijo, sobre el retiro de unos 2.000 soldados estadounidenses de Siria.

El régimen chiíta de Irán también ha respaldado enérgicamente a Asad, a diferencia de Turquía.

Amenaza latente

Desde 2014, el grupo terrorista Estado Islámico ha perdido la mayor parte de su autoproclamado “califato” ante las sucesivas ofensivas.

Pero Francia, Reino Unido y Alemania, aliados de Estados Unidos en la lucha contra esa organización criminal y objetivos regulares de acciones terroristas atribuidas al grupo, no coinciden con Trump en que ha sido derrotado.

“El EI retrocede pero la amenaza no ha terminado”, dijo el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas.

En París y Londres, principales aliados sobre todo en las operaciones aéreas, insistieron en que la campaña militar contra el EI continúa.

La continuidad de la campaña aérea, en la que Estados Unidos y sus aliados han pasado años atacando blancos de EI en todo el país, es foco principal de incertidumbre tras el anuncio de Estados Unidos.

Este jueves, Rebecca Rebarich, portavoz del Pentágono, dijo que el ejército estadounidense continuará sus operaciones aéreas en Siria mientras haya tropas en tierra

“En cuanto a lo que pasará después de la salida de las tropas, no especulamos sobre operaciones futuras”, dijo a la AFP

El secretario de Estado Mike Pompeo dijo que Washington tiene la intención de seguir combatiendo al EI “ya sea en Siria o en cualquier otro lugar”.

Turquía e Irán, dos actores clave en Siria, hablaron este jueves del impacto potencial de esta retirada durante una reunión en Ankara de sus presidentes, Recep Tayyip Erdogan y Hasán Rohani.

“La integridad territorial de Siria debe ser respetada por todas las partes”, dijo Rohani, en momentos en que la creciente autonomía de los kurdos sirios preocupa a Turquía.