Desde el pasado martes 27 de abril, España y el mundo conocieron la historia de Anna, de un año, y Olivia Gimeno, de 6, quienes fueron secuestradas por su padre Tomás Gimeno, de 37 años, y una gran búsqueda se inició desde ese primer momento, publica la cadena BBC.

Tomás Gimeno aquel día llegó a un acuerdo con su exesposa, Beatriz Zimmermann, para llevar a sus hijas a cenar. Pero nunca las devolvió a su casa, en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, y además le envió mensajes a la madre, diciendo que nunca más volvería a ver a las pequeñas ni a él, agrega el mismo medio.

Luego de varios días de investigación, se encontraron videos de una cámara de seguridad del Puerto Deportivo Marina de la Cruz de Tenerife, donde se ve a Tomás Gimeno con varias bolsas negras de basura, pero sin ninguna presencia de sus hijas Anna y Olivia.

El presunto asesino fue 2 veces de su carro a una embarcación para llevar las 6 bolsas y después hizo 2 viajes en el bote, según las autoridades españolas. En el primer viaje, la Guardia Civil castigó a Gimeno por incumplir el toque de queda  por la pandemia del coronavirus, detalla la cadena británica.

Cuando regresó al puerto, ya sin las bolsas, estuvo varios minutos cargando su celular, pero volvió a partir hacia el océano y nunca más regresó a tierra firme. Al día siguiente, el barco fue encontrado sin ancla y sin nadie a bordo, por lo que las autoridades empezaron a buscar en la zona los cuerpos de las hermanas y del hombre, de quien se cree se suicidó luego de matar a sus hijas, aunque todavía no hay rastro de él, indica la BBC.

Lastimosamente, el pasado jueves 10 de junio, la Guardia Civil, con ayuda del Instituto Oceanográfico Español con el buque ‘Ángeles Alvariño’, encontró el cuerpo de Olivia Gimeno Zimmermann, en una de las bolsas, atadas al ancla a unos 1.000 metros de profundidad.

La niña de 6 años murió a causa de un edema pulmonar agudo, de acuerdo a las primeras informaciones de la autopsia. Según la magistrada encargada de dirigir la investigación, Gimeno “de manera deliberada quiso colocar (a su expareja y madre de sus hijas) en la incertidumbre acerca de la suerte o destino que habían sufrido en sus manos Olivia y Anna”.

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La magistrada expone en un auto los resultados de la investigación en un relato en el que revela que, desde que se rompió la relación entre los padres de las niñas, hace cerca de un año, Tomás dedicó a su expareja “un trato vejatorio y denigrante” con “comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes”.

Con ellos, señala, pretendía menospreciar a la madre de sus hijos “por haber rehecho su vida con una nueva pareja” y aseguraba no tolerar “que compartiera momentos con sus hijas”. 

Si bien sólo se ha localizado, hasta el momento, el cuerpo de Olivia, la hipótesis fáctica más probable respecto a Anna es, desgraciadamente, la misma”, agregó la magistrada.

Luego de conocer la terrible noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia y de saber que la policía que pasó lo mismo con Anna, la mamá de las niñas, Beatriz Zimmermann, publicó una carta abierta para pedir que la muerte de las pequeñas “no haya sido en vano” y sirva para que se visibilice “la violencia vicaria”, aquella infligida a los hijos para que sufra la madre.

“Me duele en el alma no poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas… Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida”, escribió Zimmermann.

“Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida… Y yo… siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños”, escribió la dolida madre.

“Anna y Olivia estaban llenas de amor, todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo… A Olivia le decía; Olí tengo un problema, ella me respondía; si mami, ya lo sé…Que me quieres demasiado. Y ella sonreía”, finalizó.