“Una vez más, las despiadadas manos de la arrogancia global, con el usurpador régimen sionista como mercenario, se han manchado con la sangre de un hijo de esta nación”, dijo Rohani, en un comunicado publicado en su página web oficial, usando la expresión “arrogancia global”, con la que las autoridades iraníes utilizan para referirse a Estados Unidos.

La nación iraní es demasiado inteligente como para caer en la trampa de la conspiración de los sionistas. Están pensando en crear el caos, pero deberían saber que hemos visto sus intenciones y no tendrán éxito“, dijo Rohani minutos después de publicarse el comunicado, en un discurso transmitido por televisión.

Rohani se comprometió a que la muerte de este experto “no perturbe” los avances científicos del país y consideró que su asesinato se debía a la “incapacidad” de los enemigos de Irán de impedir su desarrollo.

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El movimiento libanés proiraní Hezbolá condenó el sábado este asesinato, perpetrado “por bandas criminales y terroristas para impedir que la República islámica (…) preserve sus progresos científicos y su independencia política e intelectual”.

El viernes por la noche, el ministro de Defensa iraní, Amir Hatami, indicó que el científico había tenido un “importante papel en las innovaciones de defensa“. “Gestionaba la defensa nuclear y hacía un gran trabajo”, añadió, sin dar más precisiones.

Este asesinato se produce a menos de dos meses de la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, vencedor de los comicios del 3 de noviembre. Biden prevé modificar la política estadounidense con Irán, después de que Donald Trump decidiera retirar de manera unilateral a su país del acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní. Washington restableció a partir de entonces las sanciones contra Teherán.