“Pura lógica”, dice al inicio un artículo de Huffington Post, antes de aclarar cómo ocurrió el supuesto milagro:

“La cruz del altar de Notre Dame es de madera pero está recubierta en oro, un material cuyo punto de fusión se alcanza al llegar a los 1.064ºC. De ahí que la obra del escultor francés Marc Couturier sobreviviese pese haber estado rodeado de llamas durante horas”.

El medio también recuerda que esta cruz se instaló en Notre Dame en el siglo XIX para reemplazar una anterior que desapareció “durante las obras de reestructuración del interior de la Catedral posteriores a la Revolución Francesa”.

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Además de la cruz, otros objetos de la icónica catedral de París también se salvaron de la destrucción tras el incendio del pasado 15 de abril. Entre ellos se encuentran las doce esculturas de plomo que rodeaban la aguja de Notre Dame y la valiosa figura de un gallo.

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Asimismo, 20.000 abejas que viven en el techo de la catedral resistieron la conflagración, de la que hasta ahora se desconoce la causa.  El apicultor Nicolas Géant, quien se ocupa de las tres colmenas de la catedral situadas en la sacristía, manifestó que fue un hecho “inesperado”.