Desde 2014, el exempleado de este jardín botánico que sirve de atracción turística en la capital japonesa dejó de cobrar el equivalente a 1,80 dólares por cada adulto y 50 centavos de dólar por cada niño porque alguna vez tuvo un altercado con un visitante, quien lo insultó en otro idioma, destaca el británico The Guardian.

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Como el hombre no sabía sino hablar japonés, les cogió un miedo extremo a los visitantes de otros países, a quienes no se atrevía a cobrarles la entrada, situación que fue advertida por un compañero de trabajo. Luego se inició una investigación y el hombre terminó confesando lo corrido, recoge el diario Independent.

El septuagenario admitió que había dejado pasar sin pagar a unos 160.000 visitantes durante casi 3 años y prometió que pagará unos 1.500 dólares, que es la mitad de su bono de retiro ‘voluntario’, que se aceleró luego del incidente.

El parque es famoso por sus jardines y sus árboles de cerezo, que en primavera florecen y exhiben bellos colores.