Un extenso artículo de Bloomberg pinta un panorama poco esperanzador para el suministro de agua potable en el área de Miami Dade debido a la fragilidad de los acuíferos subterráneos que alimentan las plantas de tratamiento.

La nota dice que antes de que termine este siglo, el nivel del océano cubriría parte de la ciudad y que lo primero que afectaría sería el suministro de agua potable, pues dichos niveles de agua salada invadirían las reservas de agua dulce.

Otro de los riesgos, que es aún más tangible y que podría suceder en una o dos décadas, es la contaminación de los ríos subterráneos de agua dulce debido a las cada vez más frecuentes inundaciones de la zona, que a su vez ‘enjuagan’ sitios en los que anteriormente se han vaciado desechos tóxicos o pozos sépticos con materia fecal, y ese material finalmente se mezcla e invade las fuentes de agua potable.

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Destaca el artículo que en esa zona no es posible crear plantas de tratamiento alejadas del mar pues si se meten tierra adentro, se topan con los pantanos de Florida, conocidos como Everglades, sitios naturales y protegidos que a su vez son fuente de vida salvaje.

El riesgo de quedarse sin agua potable o que pagar por ella se vuelva demasiado costoso tiene pensando a los expertos en finca raíz, que podrían ver cómo mucha gente abandonaría la región para irse a otra sin tales riesgos, y cómo muchos se abstendrían de comprar propiedades allí en el futuro próximo.