Parolin, de 67 años, en su cargo desde 2013, “resultó positivo al COVID, tiene síntomas leves, y actualmente se encuentra aislado” en su apartamento, precisó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.

El arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado Vaticano desde 2018, también dio positivo y es asintomático, agregó. Ambos habían sido vacunados con las tres dosis contra el coronavirus.

Los dos son estrechos colaboradores del papa Francisco, de 85 años y expertos en los asuntos internacionales.

El pontífice argentino es un gran defensor de la vacunación, pero suele aparecer sin mascarilla durante las ceremonias públicas y en ocasiones se acerca a los fieles, los acaricia y hasta estrecha las manos. (Vea tambiénPapa le envió carta a corresponsal de Caracol: “No hay que perder el sentido del humor”).

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Francisco recibió la tercera dosis de la vacuna a finales de octubre pasado, cuando el Vaticano inició el suministro a los mayores de 60 años y a las personas frágiles.

La dirección sanitaria y de Higiene de la Ciudad del Vaticano reservó cerca de 10.000 vacunas de la compañía farmacéutica Pfizer para su campaña de vacunación, que comenzó el 13 de enero de 2021, cuando el Pontífice recibió la primera dosis, entre sus cerca de 3.000 empleados y 800 residentes.

Francisco ha defendido en numerosas ocasiones la importancia de que las poblaciones se vacunen para proteger al prójimo y en septiembre pasado dijo que gracias a estas dosis el mundo está volviendo “poco a poco la luz”, y saliendo de esta “fea pesadilla” de la pandemia.

Desde el 10 de enero, el uso de la mascarilla tipo FFP2 es obligatorio para todos los empleados del Vaticano, y el certificado de vacunación será obligatorio a partir del 31 de enero.