El diario The Telegraph publicó una investigación sobre presuntos casos de abusos que implicaban a un “relevante hombre de negocios” sin identificar, dado que un juez había prohibido la difusión de su identidad.

Al amparo de los privilegios que otorga la legislación británica a los parlamentarios en cuestiones relacionadas con la libertad de expresión, el laborista Peter Hain consideró su “deber” revelar el nombre del acusado, que ha negado por su parte las acusaciones.

Hain describió el caso como el de “un poderoso empresario que está utilizando acuerdos de confidencialidad y sustanciales pagos para ocultar la verdad sobre graves y repetidos episodios de acoso sexual, abusos racistas e intimidaciones”.

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Siento que es mi deber, bajo privilegio parlamentario, nombrar a Philip Green como el individuo en cuestión, dado que los medios de comunicación están sujetos a una orden judicial que evita la publicación de los detalles de esta historia, que es claramente de interés público”, afirmó el miembro de los Lores.

Green es el presidente de Arcadia Group, grupo que comprende marcas como Topshop, Topman, Wallis, Evans, Miss Selfridge y Dorothy Perkins.

En un comunicado, el empresario negó “categórica y completamente” cualquier acusación relacionada con comportamientos racistas o abusos sexuales.

“Arcadia y yo tomamos las acusaciones y quejas de los empleados muy en serio y, en caso de que se produzcan, se investigan exhaustivamente”, aseguró Green.

El grupo “emplea a más de 20.000 personas y, como es habitual en muchas grandes empresas, a veces recibe quejas formales por parte de empleados. En algunos casos, (esas quejas) se resuelven con el acuerdo de todas las partes y sus asesores legales”, indica el comunicado.