Manafort, que ya fue declarado culpable de ocho delitos de fraude hace tres semanas, reconocerá su responsabilidad en cargos que se le imputaban con objeto de evitar el juicio previsto para el próximo 24 de septiembre y un potencial tercer juicio.

El exasesor de Trump, acusado de delitos que podrían acarrearle pasar el resto de su vida en prisión, alcanzó así un acuerdo con la fiscalía especial que investiga la llamada trama rusa en busca de una reducción de la condena final, aunque los detalles aún no han trascendido.

A primera hora de la mañana, el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, registró un nuevo escrito que acusa a Manafort de conspiración contra Estados Unidos para obstruir a la Justicia, de acuerdo a documentos judiciales.

El artículo continúa abajo

Poco después, la fiscalía anunció que el juez había cambiado el motivo de una audiencia sobre el caso prevista esta mañana, pasando de ser preparatoria para el juicio del día 24 de septiembre a ser una sobre un acuerdo entre ambas partes.

Manafort, que aún espera una sentencia del juez que le fije la pena por los ocho cargos de fraude por los que fue declarado culpable, afrontaba un segundo juicio en el marco de la investigación y estaba a la espera de que se concretase un tercero sobre una decena de cargos declarados nulos en el juicio previo.

Mueller investiga desde mayo de 2017, de manera independiente al Gobierno, los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin, al que las agencias de Inteligencia acusan de interferir en los comicios de 2016.

Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo a las autoridades, lo que constituye un crimen.

El proceso contra él es producto de la investigación de Mueller, pero no está relacionada directamente con las actividades que desempeñó entre marzo y agosto de 2016 en la campaña de Trump, donde llegó a ser el jefe hasta que se vio obligado a dimitir por ocultar el cobro de 12,7 millones procedentes de Yanukóvich.