“Creo firmemente que Dios es más grande que este temido virus”, aseguró el pastor en ese entonces, justo antes de insinuar que ninguna persona en su iglesia enfermaría, informó el New York Post.

En aquella ocasión, Glenn —de Virginia (EE. UU.)— también prometió que mantendría las puertas abiertas de la Iglesia Evangélica Nueva Liberación, a menos de que estuviera “en la cárcel o en el hospital”, indicó el periódico estadounidense.

“Soy esencial”, agregó el pastor, justificando su decisión de no cerrar la iglesia.

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Menos de un mes después, la iglesia anunció a través de Facebook que Glenn había muerto por coronavirus, y que esto se dio una semana después de que lo diagnosticaran.

De acuerdo con el New York Post, la iglesia les pidió a sus fieles que oren por Marcietia Glenn, la esposa del fallecido pastor, debido a que también se contagió de COVID-19.