La compañía, llamada Gemalto, se habría llevado el contrato de fabricación, estimado en una nada despreciable cifra de 490 millones de libras esterlinas (casi 2 billones de pesos). Y para mayor disgusto de los británicos, la empresa De la Rue, del Reino Unido, quedó en el segundo lugar, informa El Mundo.

Priti Patel, exsecretaria de Estado de Cooperación Internacional, dijo que la decisión es “desgraciada” y “perversa”. El ministro de Cultura, Matt Hancock, aseguró que el acuerdo no está bien hecho, declaración que fue respaldada por varios medios conservadores del país.

La información fue revelada por Martin Sutherland, director de De la Rue, que no se rinde a perder el contrato y que llamó a la primera ministra Theresa May a que les explique a los trabajadores de la compañía que un símbolo de su país será fabricado en el exterior.

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Por su parte, el político laborista John Spellar dijo que el deber de los británicos es apoyar la industria nacional, y agregó que ese tipo de decisiones fueron las que llevaron a que los ciudadanos votaran a favor del ‘brexit’, que finalmente sentenció la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Según El Mundo, el Ministerio de Interior del Reino Unido no ha tomado todavía la decisión de quién se encargará de fabricar los pasaportes británicos en los próximos 5 años, pero dijo que el objetivo es darles a los ciudadanos un producto “seguro y de alta calidad”.

Sin embargo, de acuerdo con The Guardian, el mismo ministerio dijo que con la decisión de elegir para el contrato a la compañía europea (o, para ser más rigurosos, francoholandesa) se les ahorrarían unos 120 millones de libras esterlinas a los contribuyentes.