Autoridades noruegas, mientras el navío todavía se encontraba en el oceáno, alcanzaron a evacuar, por medio de helicópteros y otros barcos a 463 personas de las 1.373 que se encontraban a bordo.

La alerta de que el barco se encontraba en dificultades llegó a las autoridades marítimas noruegas a la una de la tarde (hora local) del sábado, al reportarse problemas en los motores.

A partir de ahí se articuló en tierra un operativo de rescate para el que inicialmente se preveía la intervención de varios barcos y cinco helicópteros, que finalmente se redujo solo a los medios aéreos, dado el mal estado de la mar.

A los primeros momentos de alarma, con el crucero prácticamente a la deriva, corresponden los videos difundidos en las redes sociales, captados por los propios pasajeros, con parte del mobiliario del crucero, sillas, mesas y plantas, saltando por los aires o deslizándose por el suelo.

A algunos pasajeros se les vinieron encima fragmentos del techo de la gran sala del crucero, otros vivieron momentos de pánico en el restaurante o en sus camarotes, mientras el agua se filtraba en el interior de la nave.

En unos mensajes se describía la situación de dramática, en otras se difundían imágenes de personas esperando ordenadamente turno para la evacuación, con los chalecos salvavidas puestos, mientras se destacaba la profesionalidad con que les atendía la tripulación

Cuatro horas después de haberse iniciado la evacuación, apenas 112 personas habían sido ya trasladadas a tierra, puesto que en cada uno de los tres helicópteros de rescate solo podían ser rescatados grupos de entre 10 y 15 pasajeros, cada uno de ellos en situaciones de gran complejidad.

Por la noche el ‘Viking Sky’ quedó anclado y siguió la lenta, pero controlada evacuación, hasta que ya en la mañana del domingo, con 463 personas ya en tierra, empezó a ser remolcado el crucero por otros dos barcos, a una velocidad de 7 nudos por hora, en dirección al oeste, hacia Molde.

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En ese momento quedó suspendido el traslado de pasajeros a tierra firme, puesto que las condiciones desaconsejaban realizar ambas maniobras -remolcado y evacuación- en paralelo.

A media mañana del domingo, los servicios de salvamento noruego informaron de que tres de los motores del barco se habían logrado reactivar, por lo que el crucero empezó a navegar de nuevo por sí mismo.

“Sentí que estaba en el Titanic”, relató a la televisión pública Nrk el estadounidense Rodney Horgen, uno de los rescatados en helicóptero junto con su esposa.

No era aconsejable seguir con la evacuación, en medio de ese oleaje y mientras se procedía a remolcar el barco. Tampoco después, cuando empezaron a funcionar de nuevo los motores”, explicó a ese mismo medio Einar Knuden, portavoz de los servicios de rescate.

Con el barco navegando de nuevo por sí mismo lo más prudente era esperar a que llegase a puerto, donde se había preparado un operativo de atención a los pasajeros.

17 de los evacuados tuvieron que ser hospitalizados y de ellos están 3 en estado grave, informaron en una rueda de prensa las autoridades del municipio de Fræna, donde ya el sábado se había habilitado un pabellón de acogida desde donde se redirigió a los rescatados a distintos hoteles de la zona.

El barco había partido el 14 de marzo para una travesía de 14 días, desde Tromsø a Stavanger, y seguir luego hasta Londres, con una tripulación de 458 personas y 915 pasajeros a bordo, la mayoría de ellos turistas británicos y estadounidenses.