De acuerdo con el diario El Mundo, el menor debe ser operado de urgencia por una enfermedad en su corazón y para la preparación debe recibir transfusiones de sangre, pero sus papás llevan semanas frenando la intervención porque el plasma proviene de personas que se vacunaron contra el coronavirus.

El suceso ocurrió en el hospital Sant’Orsola de Bolonia (Italia), el cual explicó que el niño sufre cardiopatía y la operación es urgente. A pesar de ello, los padres argumentan que va en contra de sus creencias religiosas y sanitarias, por lo que empezaron una campaña para encontrar “voluntarios” que no hayan recibido la vacuna contra el COVID-19 para que donen su sangre.

Ya van 2 semanas de retraso por la decisión de los padres de familia, por lo que el hospital decidió llevar el caso a los tribunales, apoyado por diferentes sectores de la comunidad de Bolonia.

Vincenzo De Angelis, director del Centro Nacional de Sangre (CNS) de Roma, dijo que la posición de los papás antivacunas es “absurda y sin fundamento científico” y agregó que la sangre de los vacunados es “absolutamente segura”.

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“En la sangre no hay vacuna. En todo caso, cuando se hace la profilaxis estarán los anticuerpos que se desarrollan después de la vacunación. Pero con seguridad no se transfunde la vacuna con la sangre. Recordemos que el 90 % de la población italiana está vacunada. Estamos haciendo transfusiones de sangre y, ciertamente, no hemos registrado reacciones adversas”, explicó De Angelis.

El Sant’Orsola dijo a la justicia que no era conveniente seguir aplazando la cirugía del niño, por lo que un juez este martes intervino y falló a favor del hospital.

Un juez de un Tribunal de Módena, en la región de Emilia-Romaña, admitió el recurso impuesto al considerar que se dan las condiciones de absoluta seguridad en la sangre suministrada, sea cual sea su origen, por lo que el menor de 2 años será intervenido lo más pronto posible.