France 24 la componen cuatro cadenas mundiales de información continua (en francés, árabe, inglés y español), que emiten las 24/7 en 355 millones de hogares en los 5 continentes. France 24 cuenta con 61,2 millones de telespectadores semanales (medición realizada en 67 países de los 183 en los que se emite al menos una de las cadenas) y es el primer ca...
El papa León XIV debe renovar este jueves 25 de diciembre sus llamados a la paz al pronunciar desde la basílica de San Pedro su primera bendición de Navidad, al término de un año ensombrecido por los conflictos y la polarización política, pero marcado por esperanzas de paz en Gaza.
El año 2025 termina con focos de esperanza para la comunidad cristiana, que celebró su primera Navidad festiva en Belén, en Cisjordania ocupada, desde el inicio de la guerra en Gaza.
Sin embargo, el llamado del sumo pontífice a una tregua de un día en el mundo no fue escuchado en Ucrania, donde la guerra continúa desde hace casi cuatro años, mientras se prepara para pronunciar, a las 12:00, su bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo).
Antes de esta intervención muy esperada, que coincide con el cierre del Jubileo, el “Año Santo” de la Iglesia que atrajo a millones de peregrinos a Roma, el primer papa estadounidense, elegido en abril, celebró el miércoles por la noche su primera misa de Navidad.
Durante esta ceremonia que conmemora el nacimiento de Cristo, transmitió un mensaje de “caridad y esperanza” frente a las derivas de una “economía distorsionada”, tras salir al atrio de la plaza de San Pedro para saludar a unos 5.000 fieles congregados bajo la lluvia.
Cambio importante introducido por León XIV: presidirá el jueves por la mañana la misa del día de Navidad, retomando así una tradición que se remontaba al pontificado de Juan Pablo II (1978-2005).
“Un día lleno de alegría”
A miles de kilómetros de allí, la tregua en la guerra de Gaza, aunque frágil, permitió el regreso de las celebraciones festivas a Belén, cuna del cristianismo.
Cientos de fieles se congregaron cerca de la medianoche en la basílica de la Natividad, tan llena que muchos tuvieron que sentarse en el suelo.
Las celebraciones navideñas de los dos últimos años se habían visto empañadas por la devastadora guerra en Gaza, desencadenada por el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás el 7 de octubre de 2023.
En solidaridad con los palestinos del territorio, las festividades habían sido canceladas, pero este año, con la tregua que entró en vigor en Gaza en octubre, el enorme árbol de Navidad volvió a iluminarse frente a la basílica de la Natividad, construida sobre la gruta donde la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Cristo.
“Es un día lleno de alegría, porque antes no podíamos celebrar a causa de la guerra”, dijo a la AFP Milagros Anstas, de 17 años, con su uniforme azul y amarillo.
El “poder del amor”
Como en otras partes de la región y de Medio Oriente, los cristianos representan una minoría en Tierra Santa, con una comunidad de 185.000 personas en Israel y 47.000 en los Territorios Palestinos.
La municipalidad, sin embargo, procuró moderar el boato de las celebraciones. Porque, a pesar del alto el fuego, los palestinos de Gaza siguen afectados por una grave crisis humanitaria.
Durante la misa, el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, pronunció una homilía por la paz, la esperanza y la renovación, frente a decisiones políticas y equilibrios de poder que “a menudo parecen determinar el destino de los pueblos”.
“Sin embargo, la Navidad nos invita a mirar más allá de la lógica de la dominación, a redescubrir el poder del amor, de la solidaridad y de la justicia”, dijo el cardenal, que había celebrado una misa en Gaza el domingo.
Política e inclemencias meteorológicas
En contraste con los discursos de los líderes religiosos, Donald Trump deseó una feliz Navidad “a todos, incluidos los miserables de la izquierda radical”, en referencia a sus opositores demócratas.
Sin embargo, más allá del clima político eléctrico en Estados Unidos desde su regreso a la Casa Blanca en enero, son las inclemencias meteorológicas las que perturban las fiestas de fin de año en California.
Ante el temor de peligrosas inundaciones, las autoridades declararon el estado de emergencia en Los Ángeles y ordenaron la evacuación de cientos de hogares.
En Australia, el fin de año está marcado por el atentado antisemita de Bondi, que dejó 15 muertos el 14 de diciembre.
En el suroeste de Francia, agricultores movilizados contra la grave crisis que afecta a su sector prefirieron pasar la Nochebuena bloqueando una autopista, donde vecinos les llevaron ostras y troncos navideños, en lugar de hacerlo en familia.
Dicen estar dispuestos a hacer lo mismo en Año Nuevo, como aseguró uno de ellos, Frédéric Meynard: “No lo esperamos, pero si hay que llegar a eso, lo haremos”.
* Pulzo.com se escribe con Z