“Es un poco extraño” que ahora la gente no se quiera vacunar cuando “tenemos una larga historia” de vacunaciones como la de la poliomielitis o el sarampión, dijo el papa Francisco a los periodistas. “Cuando éramos niños nos ponían las vacunas y nadie decía ni mu”, agregó.

Aunque explicó que quizá los antivacunas se han dejado llevar “por la incertidumbre y por la gran diversidad de vacunas, algunas con fama de ser incluso agua destilada” o, añadió, por las noticias falsas de que inoculaban el virus.

Recordó que incluso “dentro del Colegio cardenalicio algunos son negacionistas y uno terminó ingresado” por el coronavirus. Se refería al cardenal estadounidense Raymond Burke, que estuvo varias semanas hospitalizado y que expresó posiciones contra las vacunas.

“Se les tiene que aclarar y hablar con serenidad”, añadió Francisco, que destacó: “En el Vaticano estamos todos vacunados menos un pequeño grupo que estamos estudiando cómo ayudarlos”.

El papa ha realizado varios llamamientos para que las personas se vacunen contra el coronavirus al considerarlo “un acto de amor”.

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En la misma rueda de prensa, en su regreso al Vaticano de su viaje a Budapest y Eslovaquia, el papa argentino se mostró partidario de leyes civiles para defender los derechos de los homosexuales pero no del “matrimonio”, que para la Iglesia es la unión entre un hombre y una mujer.

“He hablado claro sobre esto. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se pueden”, aclaró Francisco a los periodistas a bordo del avión.

El papa subrayó también que “si (una pareja homosexual) quiere llevar un vida juntos, los Estados tienen posibilidad de civilmente apoyarles, con el tema de la salud, de la herencia…”.

Son hermanos y hermanas y les tenemos que acompañar. Pero el matrimonio es claro”, finalizó.