El zoológico permanecía cerrado desde enero por la pandemia de COVID-19, y coincidió con que la época de apareamiento era entre marzo y mayo, momento en que ambos osos intensificaron sus conductas de apareamiento, relata la CNN.

“Desde finales de marzo, Ying Ying comenzó a pasar más tiempo jugando en el agua, mientras que Le Le ha estado dejando marcas de olor alrededor de su hábitat y buscando el olor de Ying Ying en el área”, detalla un comunicado, reproducido por ese medio.

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La alegría entre los expertos y cuidadores de los pandas ha sido latente debido a que la probabilidad de que la osa quede embarazada es mucho mayor con un apareamiento natural que por inseminación artificial, según explicaron a esa cadena noticiosa.

Eso sí, también reconocen que todavía no se sabe si el apareamiento ha sido exitoso y se puede esperar que vengan oseznos en camino. Esto se sabría en junio próximo.

Aunque los pandas ya no hacen parte de la lista de animales en peligro de extinción, están entre las especies vulnerables, que es tan solo la siguiente categoría de alerta, concluye CNN.