El contacto con la naturaleza es uno de los mejores planes para muchos durante las vacaciones. Ya sea durante un fin de semana o durante los 15 días de descanso anual, tener contacto con bosques, volcanes y lagos resulta liberador.

El misterio que rodea los volcanes para los poco conocedores es inquietante. Los volcanes son aberturas de la corteza terrestre que conecta con la cámara de magma del interior de la tierra y visitarlos cuando están inactivos es inolvidable.

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El volcán Irazú en Costa Rica es uno de los destinos más apetecidos por los viajeros por estos tiempos. El país centroamericano es un destino conveniente por el precio de los tiquetes (que ronda por los 200 dólares la ida y vuelta sin equipaje) y por el precio de los tours y la comida, que es muy similar a lo que se paga en Colombia.

El volcán Irazú está a una hora y media de San José, muy cerca de la ciudad de Cartago. Acá le contamos qué ver y qué hacer en este destino.

Antes de viajar

La planificación es muy importante. Con tiempo se pueden comprar pasajes que pueden salir a igual precio que ir a Cartagena o Santa Marta en temporada alta. Para Costa Rica se pide tener vigente la visa de Estados Unidos o sacar una visa de turismo, algo que debe tener en cuenta antes de viajar.

Costa Rica es un país muy amigable para recorrerla en automóvil. Un alquiler con todos los seguros por 4 días puede rondar los 130 dólares. En el caso particular del volcán Irazú, lo recomendable es hospedarse en la ciudad de Cartago, que queda a menos de una hora del volcán.

Las entradas al volcán hay que adquirirlas antes a través del siguiente link: https://www.sinac.go.cr/

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Camino al Irazú puede encontrar restaurantes típicos. El gallo pinto es imperdible. Hace parte de uno de los platos más conocidos que es el “casado”, que mezcla varios ingredientes tradicionales y que puede pedirse en su versión vegetariana, para aquellos que no comen carne y no se quieren perder de la gastronomía de Costa Rica.

Ya en el volcán pueden comer una especie de arepa con queso antes de iniciar el recorrido. Caminar por sus cráteres es una experiencia única, más cuando se alcanza a captar el exuberante paisaje montañoso.

Es el volcán más alto de Costa Rica con 3427 metros de altitud. Tiene 3 cráteres bien conservados, de los cuales el principal cuenta con 750 metros de diámetro y 270 metros de profundidad. Desde 1723 el volcán tiene actividad, siendo la fecha más reciente entre 1962 y 1965. En ese entonces el cráter principal tenía apenas 200 metros de diámetro. 20 personas murieron en ese entonces, así como se destruyeron puentes y cultivos.

Desde la parte inferior se puede recorrer y obtener el contacto más cercano. Lo mejor acá es dedicar cerca de una hora a hora y media para poder apreciar los mejores paisajes. Además, para quienes no están acostumbrados a la altura lo mejor es ir despacio. Tras hacer el recorrido inferior, no olviden subir a la cima del mirador, que dará las mejores panorámicas de los cráteres.