“La maquinaria publicitaria invita a intercambiarse regalos siempre nuevos para darse sorpresas. Pero ¿es esta la fiesta que le gusta a Dios?”, preguntó el papa argentino a los fieles que asistieron a su tradicional audiencia general de los miércoles en el Vaticano.

“Navidad es preferir la voz silenciosa de Dios al bullicio del consumismo”, definió el jefe de los cerca de 1.300 millones de católicos del mundo.

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“Si Navidad sigue siendo solo una bonita fiesta tradicional, centrada en nosotros y no en Él, será una oportunidad perdida. ¡Por favor, no transformemos la Navidad en algo mundano!”, recomendó.

“En estos días se corre, tal vez como nunca durante el resto del año”, subrayó al estimar que este frenesí es lo contrario del sentimiento religioso.

“No será Navidad si nos dejamos cegar por los destellos relucientes del mundo, nos llenamos de regalos, almuerzos y cenas, y no ayudamos ni siquiera a un pobre”, agregó el papa Francisco.