De acuerdo con el diario local El Universo, el abuso se descubrió cuando los padres de la menor, oriunda de la provincia de Pichincha, la llevaron a un centro médico porque tenía fiebre y escalofríos. Luego de los estudios médicos, se determinó que había sido contagiada de una infección de transmisión sexual.

Apenas el padre de la niña, a la cual no identificaron con su nombre para proteger su identidad, se enteró, hizo la denuncia respectiva ante la fiscalía ecuatoriana, a pesar de que su esposa no quería iniciar acciones legales.

Las autoridades, en medio de la investigación, entrevistaron a la menor y ella misma contó que fueron sus dos tíos la que la violaron.

Según las pesquisas, los abusos ocurrieron en marzo del 2018 en la casa de la abuela materna, donde Orlando Stalyn A. R., de 44 años, y Wilson C. la ultrajaron. Incluso, el primero le daba un dólar con cincuenta centavos para que comprara galletas, después de violarla, detalla el mismo medio.

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El testimonio de la víctima, sumado a las pericias médico legales, psicológicas, de entorno social y otras, hechas por el fiscal Hugo Pérez, fueron determinantes para que un tribunal validara la responsabilidad de los agresores. Orlando Stalyn A. R. fue sentenciado a 22 años de prisión, mientras Wilson C. está prófugo de la justicia, explica el rotativo ecuatoriano.

Darle credibilidad al testimonio de una mujer (en este caso una niña) que ha sido víctima de esta clase de violencia es una forma de fortalecer las instituciones jurídicas para que proporcionen una respuesta efectiva a los casos de violencia contra la mujer”, señala la resolución del Tribunal, notificada en agosto del 2019, informa por su parte El Comercio.

“Esta condenatoria es resultado del trabajo investigativo de la Fiscalía Multicompetente del cantón Puerto Quito. El fiscal a cargo del caso, Hugo Pérez, demostró, durante el juicio, la responsabilidad del procesado en el delito que se le imputó”, añade la resolución, citada por el mismo diario.