El cohete SLS de la NASA, el más potente jamás construido, despegó el miércoles pasado desde Florida, en medio de un ruido ensordecedor rumbo a la Luna, en la primera misión no tripulada del programa Artemis de la agencia espacial estadounidense.

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El lanzamiento se produjo tras dos cancelaciones de último momento en los últimos meses. Primero, debido a problemas técnicos y luego los huracanes Ian y Nicole que retrasaron el despegue por varias semanas.

Puede ver el despegue aquí.

Cincuenta años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si la cápsula Oriónes segura para llevar a una futura tripulación. El lanzamiento marca el gran comienzo del programa Artemis, la hermana gemela de Apolo, que quiere enviar a la primera mujer y a la primera persona afrodescendiente a la Luna.

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El objetivo es establecer allí una presencia humana duradera, como preparación para un viaje a Marte. La misión Artemis 1 está prevista para durar 25 días y le esperan todavía varias etapas delicadas.

Orion ya está a unos 320.000 km de la Tierra y se prepara para efectuar el primero de sus cuatro empujes principales programados en la misión, con la ayuda de sus motores. En el tercer día de su misión, se espera que durante este lunes la cápsula Orión alcance el punto más cercano a la Luna, aproximándose a 100 kilómetros de su superficie.

Como esto tendrá lugar detrás de la cara escondida de la Luna, se prevé que la Nasa pierda el contacto con la cápsula por unos 35 minutos.

Esta cápsula deberá llevar astronautas a la Luna en los próximos años, que serán los primeros en pisar su superficie desde la última misión Apollo en 1972. Este primer vuelo de prueba sin tripulación debe servir ante todo para determinar que el vehículo es seguro.

Como esto tendrá lugar detrás de la cara escondida de la Luna, se prevé que la Nasa pierda el contacto con la cápsula por unos 35 minutos.

Cuatro días más tarde, un segundo empuje de los motores ubicará a Orion sobre una órbita alrededor de la Luna a 64.000 km de distancia, un récord para una cápsula habitable.

Entonces se iniciará el viaje de regreso hacia la Tierra, con un aterrizaje en el océano Pacífico previsto para el 11 de diciembre. A su regreso, Orión se enfrentará a una serie de condiciones que seguirán poniendo a prueba su resistencia dada a la velocidad y temperatura que alcanza al ingresar a la Tierra.

Del éxito de esta misión depende el futuro de Artemis 2, que transportará a astronautas a dar la vuelta a la Luna sin posarse en su superficie y, luego de Artemis 3, que marcará al fin el regreso de humanos sobre la superficie lunar. Dichas misiones deben tener lugar en 2024 y 2025, respectivamente.

La NASA planea entonces una misión anual para construir una estación espacial en órbita alrededor de la Luna y una base en su polo sur.

El objetivo es probar allí nuevos equipamientos como trajes, vehículos, una minicentral eléctrica o probar el uso de agua helada in situ. Todo ello con vistas a establecer una presencia humana duradera.

Esta serie de experimentos, tiene también como objetivo preparar un vuelo tripulado a Marte, quizás a finales de la década de 2030.