La británica aceptó inyectarse bótox, la sustancia con la que disimulan las arrugas y se aumentan el tamaño de los labios, durante una fiesta en casa de una amiga y luego de tomar algunos tragos, señala BBC Mundo.

Knappier se comenzó a sentir mal al siguiente día y sintió como se iban hinchando sus labios: “Gritaba de dolor, los tenía de un tamaño que nunca había visto”, le dijo al diario inglés.

Rachael Knappier
Rachael Knappier / Instagram

En ese momento de traumatismo llamó a la supuesta esteticista, la cual le dijo primero que se pusiera hielo y tomara un antihistamínico. Sin embargo este consejo no ayudó porque “mis labios seguían creciendo”, detalla BBC.

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Ante una segunda llamado, la exprisionera le dijo que fuera a urgencias. Knappier fue al hospital, pero ahí le dijeron que primero revisarían que uno de sus labios no estuviera en peligro inmediato, para luego disolver el rellenó, explica el mismo rotativo.

Según Knappier, no salió de su casa por una semana, donde estuvo vomitando y con temblores. Afortunadamente para ella, recibió una llamada del hospital, donde le disolvieron el bótox de sus labios y en 72 horas volvieron al tamaño real, indica BBC.

Rachael Knappier
Rachael Knappier / Instagram

De acuerdo con Natalie Boyd, la doctora que trató a Knappier, el incidente ocurrió al ser inyectada “en o alrededor de una arteria o una vena, lo que causa un ciclo vicioso de hinchazón y compresión”, publica el periódico británico.

“Me dejó traumatizada, no le deseo esto ni a mi peor enemigo”, dijo Rachael Knappier a BBC e inició una campaña para que este tipo de procedimientos solo puedan ser realizados por médicos, enfermeros o dentistas.

Rachael Knappier
Rachael Knappier / Instagram