De acurdo con la funcionaria, un video de seguridad mostró que Ripley arrojó el pasado jueves a un lago a su hijo Alejandro, el cual fue rescatado por algunas personas que estaban pasando por ese lugar.

Una hora más tarde, sin embargo, la mujer empujó al pequeño, que debido a su autismo no podía hablar claramente, a un estanque situado dentro de un campo de golf, donde la policía halló su cuerpo sin vida el viernes.

 “Esta vez desafortunadamente no había nadie que lo salvara”, agregó Fernández Rundle en rueda de prensa.

Lago de Ozarks, Missouri (EE. UU.).

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Ese mismo jueves por la noche la mujer, casada y madre de otro niño, denunció que Alejandro había sido secuestrado por dos hombres afroamericanos, que los siguieron a ella y su hijo en un automóvil cuando circulaban en su vehículo por una zona del suroeste de Miami.

En un momento dado, según el relato que hizo Ripley a la policía, el otro carro la obligó a girar abruptamente hacia una calle y bloqueó su paso frente al estacionamiento de un negocio de venta de materiales para el hogar y el bricolaje.

El cuerpo de seguridad, no obstante, empezó a sospechar de la madre de Alejandro cuando comprobó mediante las cámaras del establecimiento que en lugar de llamar inmediatamente a las autoridades después del presunto secuestro, estuvo un tiempo en el estacionamiento del local dentro de su automóvil.

Modelo polaca y su perro.

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Los detectives que la interrogaron luego de ser arrestada aseguraron que Ripley confesó el asesinato y manifestó que Alejandro estaba ahora “en un lugar mejor”, informó la cadena de noticias CNN.

Patricia Ripley, de 45 años de edad, está recluida sin derecho a fianza en la cárcel Turner Guilford Knight Correctional Center y enfrenta acusaciones de asesinato en primer grado e intento premeditado de asesinato.