Su abogado Frank Campero recordó que el exmilitar fue operado hace unos 20 años, cuando le insertaron una válvula en el corazón, e indicó que por su edad ya no era posible volver a operarlo.

García Meza, extraditado a Bolivia por la Justicia brasileña en marzo de 1995, fue sentenciado por un tribunal boliviano a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por delitos de su dictadura, en la que murieron y desaparecieron varios dirigentes de izquierda, entre ellos el socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz.

En esta gestión se iban a cumplir 23 años de su condena, si bien pasó al menos los últimos cinco años ingresado en un hospital militar de La Paz aquejado de dolencias cardiacas. Hace dos años le fue rechazada una petición de libertad condicional.

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Los familiares de las víctimas de las dictaduras en Bolivia lamentaron que el exdictador muriera “en la total impunidad” y sin que se sepa el paradero de los desaparecidos durante su régimen.

La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd) deploró que “el pueblo boliviano se quede sin conocer la verdad” sobre dónde están los desaparecidos, como el líder izquierdista Marcelo Quiroga Santa Cruz y el dirigente político Juan Carlos Flores.

“¿Cuántos murieron por su causa? ¿Cuántos fueron asesinados en las calles, en sus casas, en sus centros de trabajo?”, cuestionó la entidad en un comunicado.

“¡Lamentamos que no se haya hecho Justicia! Se fue en la total impunidad, sin pagar por sus delitos y culpas contra las tantas violaciones a los derechos humanos, sin cumplir su sentencia condenatoria de 30 años de presidio sin derecho a indulto, sin cumplir con la sentencia condenatoria a cadena perpetua en Roma” añadió la Asofamd.

Con información de EFE