Solano, en diálogo con el diario El Nacional, explicó que se escapó cuando se dio cuenta de que la rebelión de un grupo de 40 miembros Guardia Nacional Bolivariana (GNB) no tenía éxito. Ahora está en uno de los refugios de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

El militar dijo a ese medio que no tuvo tiempo para avisarle a su familia de que iba a pedir refugio y que luego cuando pudo comunicarse con ellos, les dijo que no se preocuparan por él.

Sin embargo, luego llegaron las intimidaciones en contra de su familia: “Llevaron la represión a la mamá de mi esposa, saquearon y destruyeron mi casa completamente. Se llevaron todo. Luego se fueron a casa de mi mamá, de 63 años de edad, y se la llevaron, junto a mi sobrino. También saquearon la casa de mi mamá”, indicó a El Nacional.

“Eso fue un secuestro, no se los llevaron detenidos, porque nadie sabía el paradero de ellos”, añadió.

Solano acusó a los funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y del Comando Nacional Antisecuestro (Conas) de abusar sexualmente a su mamá: “Le metieron mano por todo el cuerpo y le partieron un brazo. También la torturaron psicológicamente”, dijo al rotativo venezolano.

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Además, denunció otras torturas contra un vecino: “A un amigo minusválido le rompieron varios huesos, y no dan fe de vida de mi primo. Ninguno de ellos sabía de mi situación y lo que iba a hacer, pero todos están bajo las órdenes de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello”, lanzó.

Por último, dijo a El Nacional que a una prima le metieron la cabeza dentro de un inodoro y que “le introdujeron una pistola en la vagina”.