Como se había anticipado horas antes, Cohen se declaró culpable ante una corte de Manhattan de violar las leyes de campaña, y aseguró que lo hizo con el “propósito de influenciar la elección [presidencial]”. A pesar de que no mencionó a Trump directamente, Cohen trabajaba para el magnate en ese momento, informa Independent.

Además, dijo que era consciente de lo que estaba haciendo al tratar de comprar el silencio de la exmodelo de Playboy Karen McDougal, con quien Trump habría tenido una relación extramatrimonial en 2016.

Cohen también admitió haber actuado bajo las órdenes “del candidato” tanto en el caso de McDougal como en el de la actriz porno Stomy Daniels, a quien le pagó 130 mil dólares para que no contara la historia de la relación que la estrella del cine adulto tuvo con el mandatario cuando él ya estaba casado con Melania Trump.

El artículo continúa abajo

La confesión de Cohen deja la presidencia de Trump en manos del sistema legal estadounidense y del congreso del país, como dice The New York Times. Además, llegó poco después de que en un proceso independiente, a Paul Manafort se le ratificara su culpabilidad por 8 de los 18 cargos por delitos financieros de los que lo acusaba Robert Mueller, fiscal especial que investiga la injerencia de Rusia en las elecciones que le dieron el triunfo a Trump.

Vale la pena recordar que, antes de las votaciones en las que Trump se impuso, Manafort se reunió junto con Donald Trump Jr. y Jared Kushner (esposo de Ivanka Trump) con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya, que tiene vínculos con el gobierno ruso y que les ofreció información para afectar a Hillary Clinton, entonces rival en las elecciones del presidente estadounidense.

Con el complicado panorama de tener a 2 de quienes han sido sus más cercanos asesores, el presidente Trump está en un potencial “peligro legal”, comenta The Guardian. No en vano, Norman Eisen, que trabajó para el gobierno de Barack Obama como consejera ética, dijo que este es el peor momento de la presidencia de Donald Trump.