La denuncia la impulsa el periodista francés Merwane Mehadji, que aseguró a la emisora France Inter que cuando quiso reservar un apartamento o una casa en la ciudad de Marsella a través de Airbnb o Abritel (otra plataforma similar), el anfitrión la canceló muy pronto sin ninguna razón, informa The Guardian.

El periodista revisó los lugares que había revisado 2 o 3 días después, y se dio cuenta de que las fechas en las que él esperaba alojarse allí estaban de nuevo disponibles. Algunas personas cercanas le dijeron que podía ser por haber dado su nombre y su apellido completos.

Para comprobarlo, le pidió a un amigo que no tiene nombre de origen norafricano que hiciera una reserva en los mismos días suyos, y el anfitrión le respondió en un lapso de media hora que esas fechas estaban libres. El periodista dijo:

“Te das cuenta de que, de hecho, la discriminación está en juego”.

El artículo continúa abajo

Pero allí no terminó el asunto. Mehadji compartió su historia a través de sus redes sociales y allí varios usuarios lo contactaron para decirle que les había pasado algo similar. Madjid Messaoudène, jefe de igualdad en el ayuntamiento de Saint-Denis, dijo que ya se acostumbró a pedirles a amigos con nombres afrancesados que hagan reservas por él.

Samuel Thomas, de la federación antidiscriminación Maisons de Potes, dijo que tiene la intención de llevar todos los casos conocidos a los tribunales para que los anfitriones, en caso de ser declarados culpables, deban pagar multas de hasta 45 mil euros (algo más de 155 millones de pesos colombianos) e incluso ir a prisión.

Además, advirtió que si se descubre que alguna de las plataformas implicadas está al tanto de esos casos de discriminación y no actúa para detenerlos, podría verse como cómplice. Airbnb ha respondido que trabaja para luchar contra la discriminación y que nunca ha enfrentado pleitos legales por ese motivo. Abritel dijo lo mismo.