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El Centro de Confinamiento del Terrorismo CECOT, nombrado como la megacárcel es conocido por ser la prisión más grande de Latinoamérica, nuestro periodista de Testigo Directo, Samuel Arias, logró ingresar a este centro penitenciario.
En el lugar están recluidos más de 12.000 pandilleros de ‘Las Maras’, allí logró hablar con algunos de ellos, quienes contaron cómo es su día a día en ese lugar, además de cómo es la convivencia con sus antiguos rivales con los que ahora deben compartir celda.
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Para el ingreso a este centro penitenciario las personas son sometidas a una minuciosa revisión y de alta tecnología con un escáner corporal que permite detectar cualquier objeto que pueda traer adherido o ingestado, para evitar la entrada de cualquier objeto o sustancia ilícita al interior de los centros penales, esto después de pasar por tres perímetros de seguridad.
En esta Mega cárcel existen 8 pabellones que están en funcionamiento, en cada uno hay aproximadamente 2.500 reos, aunque su capacidad máxima es de 5.000: hay 32 celdas y en cada una de ellas hay 80 espacios para 80 internos. Cada uno de los módulos cuenta con 12 celdas de castigo o aislamiento.
Melvin Sandoval Reo de la pandilla 18 le cuenta al periodista Samuel Arias como son sus días en la cárcel más “Hemos aprendido a convivir, nos ha ayudado, lo que nosotros peleamos en algún tiempo o en algún momento, hoy es lo contrario, ya vivimos, convivimos con nuestros enemigos, con quienes fueron nuestros enemigos, vivimos en una celda, convivimos juntos, comemos juntos, se puede cambiar”.
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En esta prisión les son negadas las visitas de sus familiares, así como cualquier tipo de entretenimiento como: televisión, radio, gimnasios, canchas de recreo o deportivas, estos pandilleros aseguran estar arrepentidos de todo el daño que le causaron. “Yo creo que ahora pensamos diferente, los programas nos están ayudando, reinserción, nada más le pedimos al presidente que nos ayude, que tenemos derecho a una segunda oportunidad”.
Pulzo complementa:
Cabe recordar que en este lugar hay normas estrictas y en varias imágenes se han visto a hombres y mujeres esposados, con camiseta y pantaloneta blanca, caminando en chancletas, ya que allí los beneficios para los presos son limitados.
Además, las familiares de colombianos que están detenidos han denunciado, a través de organizaciones de derechos humanos del país, que los jóvenes no reciben tratos dignos.
Igualmente, aseguran que muchos de ellos permanecen incomunicados y a la espera de que les hagan un juicio justo.
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