La mujer tuvo que someterse a la cesárea porque el cuerpo del bebé era demasiado grande como para un parto natural. 20 minutos después de la intervención, el médico encargado del procedimiento salió de la sala y le dijo a Hernán Cerquera, padre del niño, que el bebé ya había nacido, pero que le habían hecho un corte en la cara con un bisturí, relata El Faro de Melilla.

Pero allí no terminó el asunto. En la sala todavía estaba Toria, que sangraba abundantemente. En la madrugada del domingo, los médicos le extirparon el útero porque la mujer no mejoraba. A pesar de eso, la madre murió en la unidad de cuidados intensivos sobre las 7:30 de la mañana del domingo, agrega El País.

Luego de eso, Cerquera pidió que se le hiciera una autopsia a su esposa; sin embargo, al día siguiente, poco antes del entierro, le dijeron que no se había hecho. Por eso, el hombre les devolvió el cuerpo, denunció el caso ante la justicia y pidió que un médico independiente le hiciera la autopsia, algo que fue concedido.

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Ignacio Gavilán, abogado de la familia de la fallecida, dijo que pedirán ante el juzgado que se compruebe si el ginecólogo responsable de la cesárea tiene su título homologado, ya que en ese mismo hospital ha habido casos en el pasado en el que algunos médicos se desempeñan en algunas áreas sin tener título para eso.

El Instituto de Gestión Sanitaria en Melilla, que pertenece al Ministerio de Salud de España, ya abrió una investigación sobre lo ocurrido. De igual manera, lamentó “profundamente” el fallecimiento de Toura, aunque no ha ofrecido ningún comunicado públicamente porque el caso está en el ámbito judicial, dice El Mundo.