De acuerdo con Yaroslav Yemeliánenko, miembro del concejo público adscrito a la Agencia Estatal para la Gestión de la Zona de Exclusión, el fuego ya se encuentra a dos kilómetros de los depósitos de “Podlesni”, donde están los residuos más altamente radiactivos de la central nuclear, que sufrió en 1986 la mayor catástrofe atómica de la historia.
“La situación es crítica. La zona está en llamas. Las autoridades rinden cuentas de que todo está bajo control, pero en realidad estas están invadiendo de manera inusitada nuevos territorios”, agregó Yemeliánenko en su página de Facebook.
El funcionario ucraniano enfatizó que el fuego ya alcanzó Prípiat, la localidad donde vivían las familias de los operadores de la planta cuando se averió el cuarto reactor y que ahora es una ciudad fantasma.
Yemeliánenko, además, alertó que los bomberos llevan más diez días intentando sofocar el incendio, pero que debido al fuerte viento que se ha presentado en la región, el fuego sigue avanzando en dirección a la central.
El Servicio Estatal para Situaciones de Emergencia de Ucrania, sin embargo, informó que las llamas de la zona de exclusión ya fueron sofocadas y que lo único que queda son algunos pequeños focos aislados.
La entidad también precisó que el nivel de radiación en esta región no ha variado y que los niveles se han mantenido bajo los estándares.
Según las autoridades, casi medio centenar de operarios trabajan en la extinción del fuego, lo que incluye hidroaviones y helicópteros antiincendios. En los últimos días varios activistas se dedicaron a cavar trincheras y hacer cortafuegos para evitar que el incendio alcance la zona de la central nuclear.
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