De acuerdo con el diario O Globo, el caso ocurrió en la noche del pasado miércoles 9 de marzo en la zona de Jardim Roriz.

Según contó a las autoridades el entrenador personal, identificado como Eduardo Alves, su esposa de 33 años le dijo que iba a ayudar a un habitante de calle con su mamá. Pero al ver que no regresaba a la casa, salió a buscarla.

Cuando iba caminando cerca de su casa, encontró el carro de su mujer estacionado en un lado de la vía. Al acercarse, vio que su esposa estaba teniendo relaciones con el indigente, detalla el rotativo brasileño.

El hombre dijo a la policía que pensó que el habitante de calle estaba abusando de su amada, por lo que perdió el control, lo sacó del carro y le pegó una fuerte golpiza, que quedó grabada por una cámara de seguridad.

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Vecinos de Jardim Roriz dieron aviso del suceso de violencia a la policía militar. Alves fue capturado y llevado a una estación, donde contó lo sucedido, mientras que el indigente fue trasladado a una clínica cercana.

Sin embargo, lo que causó conmoción del caso en Brasil es que no se trató de ningún abuso y que la mujer tuvo el encuentro con el habitante de calle de manera consentida.

Según O Globo, la esposa del entrenador personal ya había hablado previamente con el indigente y cuadrado el encuentro que terminó en la golpiza.

La mujer afirmó a su esposo y a las autoridades que todo fue con su aval y que vio “imágenes de su esposo y de Dios” en el vagabundo, y que no tomó ningún tipo de drogas o alcohol. Ante esta versión, Eduardo Alves reveló que su pareja tiene problemas psicológicos.