La organización Foro Penal, en cabeza de Gonzalo Himiob Santomé, publicó un informe actualizado que recoge el portal opositor al régimen La Patilla. Este es el trino con las cifras.

En la mayoría de estas detenciones está involucrado el Sebín, calificado por organizaciones de derechos humanos como “instrumento de persecución política”. Es un servicio de inteligencia del gobierno de Nicolás Maduro que, además, comanda la ofensiva contra parlamentarios venezolanos acusados por el fallido levantamiento militar que encabezó el líder opositor Juan Guaidó.

Oenegés y organismos de defensa de los derechos humanos denuncian detenciones arbitrarias, torturas e incluso homicidios vinculados al organismo.

 

Cuáles son sus objetivos

Fue creado el primero de junio de 2010 por el presidente Hugo Chávez en reemplazo de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip). El mandatario, fallecido en 2013, prometió que sería “vital” contra la inseguridad.

Helicoide

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El pasado miércoles, agentes del Sebín arrestaron de forma cinematográfica a Édgar Zambrano, vicepresidente del Parlamento de mayoría opositora, por la rebelión que el 30 de abril lideró Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países.

Interceptaron su camioneta en Caracas y la remolcaron con una grúa ante su negativa a entregarse. Otros nueve legisladores son procesados por la rebelión.

El 13 de enero, en un confuso incidente, funcionarios del organismo detuvieron durante una hora a Guaidó cuando se dirigía a un mitin. Tras la liberación, Maduro dijo que eran “traidores” al servicio de un “show mediático”. Cuatro agentes fueron destituidos.

El Sebín también ha estado involucrado en la detención de periodistas, como los franceses Pierre Caillé y Baptiste des Monstiers o el alemán Billy Six, ya en libertad.

Según sus estatutos, la principal atribución del Sebín es “ejecutar actividades de inteligencia y contrainteligencia para la neutralización de amenazas reales o potenciales para el Estado”.

Su área de influencia abarca la lucha antidrogas y contra el crimen organizado.

Sin embargo, desde su creación “ha sido un instrumento de persecución por motivos políticos”, dijo Gonzalo Himiob, directivo de la ONG Foro Penal.

Durante protestas en 2014 y 2017, que dejaron unos 170 muertos, los calabozos del Sebín fueron el principal destino de manifestantes detenidos.