La niña Alyssa LeMay entró a su habitación y notó que la luz azul de la cámara instalada allí estaba titilando; entonces supo que alguien la estaba vigilando, reporta BuzzFeed.
La niña había entrado y salido de su habitación luego de oír sonidos musicales y otros ruidos, pero en su último ingreso una voz masculina la saludó con un “hola”, cuenta el medio.
La cámara en la habitación de Alyssa fue instalada por su mamá, que trabaja como laboratorista clínica, para vigilarla a ella y a su hermana cuando la profesional tiene turnos nocturnos en el hospital, destaca Independent.
En el video, entregado por la madre a las autoridades, se aprecia que la voz del hacker le dice a la niña, cuando ella le pregunta quién es, que es “su mejor amigo”, para más adelante presentarse como el mismo Papá Noel.
Se puede apreciar el miedo de la pequeña, que le narró los hechos a su mamá y que ahora se niega a entrar en la habitación, señala The Washington Post.
La voz del extraño le dice a la niña, en algún momento, que él “le da permiso” de hacer lo quiera, como desordenar su habitación e incluso romper el televisor, y utiliza la palabra ofensiva “nigger” (jerga para referirse a una persona negra), vocablo que la niña no entiende.
Luego, la niña sale corriendo de su habitación para contarle a su papá, que estaba en la sala de la casa, lo que estaba sucediendo. En ese momento, la madre estaba en la calle haciendo diligencias, dice el medio.
El ‘Post’ recoge que la madre está tan asustada como las niñas (en el video solo se observa a Alyssa), y que teme instalar más cámaras o adoptar medidas adicionales de protección, pues siente que está en una condición muy vulnerable.
La mamá asegura que Ring, la compañía fabricante, le ha dado como respuesta que ella debió haber adoptado la medida de seguridad de doble verificación:
“Prácticamente, la empresa me está echando la culpa de lo que pasó”, le dice la mujer al diario capitalino.
De la identidad del ‘hacker’ no se sabe nada, concluye el medio, al tiempo que informa que las niñas armaron ‘camping’ en la sala de la casa, por temor a entrar en el cuarto.
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