Los familiares de los soldados trataron de recuperar los cadáveres pero, según un reportaje del portal argentino Infobae, “el gobierno venezolano montó una estrategia para evitar que los reconocieran y luego los enterraron en fosas comunes”.
El medio entrevistó a un funcionario de la morgue de Bello Monte en Caracas, quien dice que el régimen de maduro les dijo a las familias que los cuerpos estaban irreconocibles por su estado de descomposición.
No obstante, los afectados por esta situación alegan que si los soldados murieron en combate durante la mencionada operación, solo habían transcurrido unas horas cuando reclamaron sus cadáveres y es ilógico que no se pudieran identificar.
La fuente de Infobae revela que el régimen acudió a todo tipo de tretas y excusas para no entregar los cuerpos de los soldados a los familiares.
Incluso, el empleado de la morgue denuncia que la comisaria Bermis Martínez, la persona encargada de dirigir los correspondientes procesos de identificación, ni siquiera es médico forense y “no sabe nada de medicina legal”.
El funcionario denunciante, cuya identidad no fue revelada por el medio, dice además que no se llevaron a cabo los protocolos predeterminados para este tipo de casos, como la toma de huellas dactilares o las fotografías de los cuerpos al momento de su ingreso a la morgue.
Ante el reclamo de los familiares porque no se les permitió ver los cadáveres de sus seres queridos y mucho menos enterrarlos, la respuesta de Bermis Martínez, según el funcionario de la morque, fue que si deseaban, podían pedir que los exhumaran y que la familia debía correr con los gastos de ese proceso, lo que según la fuente, de hacerse, “es completamente ilegal”.
El portal publica que de los militares muertos durante la incursión de fuerzas contrarias al régimen, el único de los muertos oficialmente reconocido fue el capitán Robert Colina, que también era conocido como ‘Pantera’.
Hay que recordar que la Operación Gedeón ocurrió el 3 de mayo de 2020 y fue un intento de grupos opositores venezolanos armados –presuntamente ordenados por el líder Juan Guaidó– y una fuerza de seguridad privada con sede en Estados Unidos de infiltrarse para asesinar a Nicolás Maduro.
Después del fallido intento por derrocar a Nicolás Maduro, el régimen de Venezuela pidió al Congreso de Estados Unidos una “investigación seria” sobre la “responsabilidad” de la administración de Donald Trump en la frustrada incursión, luego de la cual 2 estadounidenses fueron detenidos e imputados por terrorismo, señaló en su momento la agencia AFP.
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