Morales aseguró que ganó en primera vuelta la reelección en Bolivia, al obtener más de 10 puntos de diferencia sobre el opositor Carlos Mesa, un resultado que según la ley evita un balotaje pero que aún no ha sido confirmado por la autoridad electoral.

Morales citó el cómputo oficial -con más del 98% del escrutinio- donde su partido tendría el 46,83% de los votos, frente al 36,7 % de Mesa.

Para evitar una segunda vuelta, el candidato a la cabeza debe obtener la mayoría absoluta o al menos el 40 % de los votos y 10 puntos de diferencia sobre el segundo.

Tras las declaraciones del gobernante, la página en internet del Tribunal Supremo Electoral (TSE) mantenía sin embargo el conteo en 98,35 % de las actas escrutadas y daba a Morales el 46,38 % de los votos y a Mesa un 37,03 %, con una diferencia que aún no llega a los 10 puntos necesarios.

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En la víspera, Mesa dijo que no reconocería los resultados del TSE, al que acusa de haber manipulado la votación para favorecer al candidato oficialista, por lo que grupos opositores mantienen protestas en todo el país.

Los resultados del cómputo del TSE se han divulgado en medio de críticas de los opositores y observaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y países como Brasil, Argentina y Estados Unidos.

Las objeciones radican en que primero dio resultados de un sistema de conteo rápido, denominado TREP, que avizoraba una segunda vuelta entre Morales y Mesa, y luego pasó a un segundo sistema de cómputo oficial.