La reconciliación (o al menos el intento) fue evidente para los fotógrafos en el que los monarcas se bajaron del carro Mercedes-Benz en el que llegaron al hospital, en el que estaba el rey emérito luego de una operación a la que tuvo que someterse. La reina Letizia se mostró muy servicial con su suegra, y hasta le abrió la puerta del vehículo al llegar al lugar.
Luego, muy cercanas físicamente, las reinas se mostraron bastante tranquilas cruzando palabras y compartiendo alguna sonrisa, mientras los fotógrafos obturaban sus cámaras ansiosos una semana después del incidente del Domingo de Pascua, en el que quedó evidenciada la fracturada relación que hay entre ambas monarcas.
El rey Felipe VI, que incómodamente tuvo que mediar a la salida de la misa de Pascua en la que se presentó el roce entre doña Sofía y doña Letizia, esta vez se mostró muy satisfecho y también sonriente para los representantes de los medios que se agolparon para ver a la familia real.
Y finalmente la foto que todos querían tomar (y para la que la reina Sofía quería posar): la casi octagenaria monarca emérita y sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que también tuvieron su protagonismo -sobre todo la heredera- en el incómodo incidente de Palma de Mallorca.
También te puede interesar
Sin embargo, la gente no está del todo convencida de que tanta cordialidad sea cierta. El diario El Mundo -cuyo suplemento La Otra Crónica criticó muy fuerte a Letizia por el incidente con su suegra- calificó la escena de “demasiado teatral”, y agregó que era evidente que el Palacio de la Zarzuela (donde viven los reyes) estaba planeando algo para superar el “tsumani de proporciones mundiales” que empezó después del final de la Semana Santa.
¿Posudo y forzado, o no? La opinión está a la orden del día.
LO ÚLTIMO
.svg)
